Los créditos y depósitos del sistema cooperativo del país se han recuperado y han vuelto a los niveles de febrero de 2020, es decir, índices similares a los de antes de la pandemia. De acuerdo con los datos de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS), mientras en febrero de 2020 el saldo de los créditos estaba en el orden de los $ 12.175 millones, en agosto pasado se colocó en $ 12.127 millones.

Mientras tanto, los depósitos de agosto han superado a los de febrero. Así se pasó de $ 12.796 millones a $ 13. 088 millones. Las cifras son positivas en ambos casos si se toma en cuenta que, por ejemplo, en junio de este año el saldo del crédito bajó a $ 11.994 millones y los depósitos a mayo estuvieron en el orden de $ 12.627 millones

Adicionalmente, al menos 73 entidades cooperativas han entregado unos $ 93 millones en créditos desde $ 25.000, a 48 meses plazo, conforme lo establece la Ley Humanitaria, beneficiando a 2.247 clientes.

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Para Margarita Hernández, superintendenta de Economía Popular y Solidaria, estos datos resultan interesantes al analizar la dinámica del sector, observar cómo la gente vuelve a tener apetito por crédito y evaluar las posibilidades de reactivación tras los efectos de la pandemia.

Justamente esta problemática será abordada desde este lunes 9 de noviembre, hasta el viernes 13 de noviembre, en las Novenas Jornadas de Supervisión de la Economía Popular y Solidaria, que se desarrollarán en formato totalmente virtual, con la participación de representantes internacionales. De acuerdo con Hernández, estas jornadas son espacios técnicos de capacitación sobre el cumplimiento de los parámetros exigidos por el organismo de control que es la Superintendencia.

La capacitación se enfoca, ahora mismo, en tres elementos clave: inclusión financiera, innovación y gestión de riesgos, y todos ellos en darles estrategias para la reactivación luego de la crisis.

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El tema de inclusión financiera, un plus del sector cooperativo, es el amplio alcance que tiene para manejar recursos y generar crédito en lugares remotos, a los cuales otras entidades financieras no llegan.

En cuanto a la innovación, esta se vuelve una herramienta estratégica, durante la pandemia y la nueva realidad, ya que evita contacto del ciudadano con el dinero físico. En este tema, Hernández reconoce que mientras la banca ya ha empezado la carrera digital, las cooperativas recién están arrancando. Pero destaca que se está trabajando en varios proyectos para ampliar la capacidad digital con base en alianzas estratégicas. Actualmente siete cooperativas grandes entregan tarjetas de débito y ya tienen cajeros; pero las alianzas pueden permitir que los socios de cooperativas más pequeñas también los puedan utilizar. Actualmente se está trabajando en la posibilidad de que las tarjetas de débito puedan servir también para el pago del transporte público.

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Hernández recordó también que debido a las disposiciones de la Junta de Regulación por la pandemia, al momento el 50,99 % de la cartera ha sido diferido de manera extraordinaria, esto representa 816.544 operaciones por un total de $ 6.181 millones. Lo destacable en este tema es cómo el sector cooperativo ha tenido la capacidad de hacer el diferimiento, sin mayores conflictos.