Familiares de unos 90 fallecidos por COVID-19 participaron el domingo 1 de noviembre de una misa campal en el cementerio José María Azael Franco, en Tulcán.

Ellos usaron mascarillas, guantes y otras prendas de bioseguridad para visitar las tumbas de sus parientes. Se vivieron momentos de tristeza. Era la primera vez que lo hacían desde las semanas más críticas por la pandemia de COVID-19.

Las visitas se realizan de acuerdo al último dígito de la cédula de ciudadanía del visitante. Este lunes podrán ingresar las personas cuya cédula termine en dígito par y; el martes, las personas con cédula que termine en dígito impar.

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La directora de Ambiente y Riesgos del Municipio de Tulcán, Giovanna Polo, indicó que se han habilitado rutas únicas de ingreso y salida. En la entrada, los visitantes deben lavarse las manos, utilizar mascarilla y permitir que se le tome la temperatura. Además, se exige el distanciamiento físico.

Otra de las medidas es la restricción de ingreso de grupos vulnerables y bebés. Los grupos familiares no deben exceder las tres personas, quienes tienen veinte minutos para permanecer en el camposanto. (I)