Un 21 de junio de 1943 en la ciudad de Sologne, al norte de Francia, un auto rompió el silencio de una remota carretera casi siempre solitaria.

Los soldados, apuntaron con sus armas y obligaron al vehículo a detenerse y corroboraron lo que ya sabían: en su interior había cuatro agentes británicos del SOE (Dirección de Operaciones Especiales, por sus siglas en inglés). No hizo falta que se identificaran, los delataron las armas que escondían en el maletero y los mensajes secretos sin codificar que traían desde Gran Bretaña. Eran parte de la red de espías enviados por el gobierno de Winston Churchill para colaborar con la mitificada Resistencia francesa. Y dos de ellos acababan de pisar territorio enemigo aquella misma noche.

Según explica el periodista y divulgador Patrick Marnham en su nueva obra, "War In The Shadows: Resistance, Deception And Betrayal in Occupied France", tanto esta captura como otras tantas provocaron que, solo en la región de Loir-et-Cher, fueran deportados 301 hombres y mujeres acusados de espionaje. Y de ellos, 166 nunca más fueron vistos con vida. Los nazis acertaron, pues casi un centenar de los fallecidos pertenecían, en efecto, a la Resistencia o eran espías británicos. Sus nombres todavía resuenan en los libros de historia. Noor Inayat Khan (y su red de casi cuarenta colaboradores), Yvonne Rudellat o Andree Borrel son solo algunos de ellos.

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Por si la pérdida en vidas y la caída de la Red Prosper no fuesen ya suficiente desgracia, algunos de los agentes que fueron cazados desvelaron a los alemanes el lugar y la fecha del desembarco aliado, el mítico Día D.

¿Cómo es posible, entonces, que los nazis no supieran, un año después, que la reconquista de Europa comenzaría desde las playas de Normandía?

La respuesta es muy sencilla, a la mayor parte de los agentes del SOE y miembros de la Resistencia de la Red Prosper se les habían dado datos falsos sobre el desembarco. Así, muchos estaban convencidos de que sucedería ese mismo año (1943) y de que el lugar sería el Pas-du-Calais, el punto más cercano entre las costas francesa y británica. La tragedia y la muerte de decenas de personas ayudaron, por tanto, a esconder la que fue la mayor operación naval, terrestre y aérea de la historia: el desembarco de Normandía.

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No obstante, en un artículo escrito para el diario británico Daily Mail, Marnham afirma -como ya se especulaba desde hace algunos años- que los servicios secretos británicos y sus colaboradores galos pudieron provocar la caída de la Red Prosper para que, cuando sus miembros fuesen interrogados, causaran el desconcierto en Adolf Hitler y este no creyera que el desembarco se sucedería en Normandía. En sus palabras, Withehall, la sede de los servicios secretos del MI6 durante la Segunda Guerra Mundial, "fue el autor intelectual de un engaño y una traición que envió a cientos de ingleses a la muerte".

Nuevos datos

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Lo que sí ha conseguido desvelar con total seguridad el autor británico es que conocidos líderes de la Resistencia fueron enviados a Francia a lo largo de 1943 después de que los servicios secretos británicos les ofrecieran información falsa que confirmaba que los desembarcos aliados se llevarían a cabo diez meses antes de la fecha real. El primero fue Jean Moulin. En marzo, este personaje, mitificado por la Francia posterior a la Segunda Guerra Mundial, fue recibido por el general Alan Brooke, jefe del Estado Mayor inglés. Este le convenció de que la invasión era inminente para que, en el caso de que fuese capturado, engañase a los germanos. (I)