Al menos 51 civiles han muerto en disturbios en Nigeria luego de días de protestas pacíficas contra los abusos policiales, dijo el viernes el presidente Muhammadu Buhari, mientras culpaba al “bandolerismo” por la violencia y afirmaba que sus fuerzas de seguridad han usado “extremo autocontrol”.

Saqueos masivos en edificios públicos y almacenes de comida ocurrieron este sábado en Nigeria, el país más poblado de África, dos semanas después del inicio de una ola de protestas que desbordó a las autoridades.

Aunque predominó la calma en la capital económica Lagos -megalópolis de 20 millones de habitantes-, donde el martes por la noche se decretó un toque de queda, se produjeron numerosos saqueos en otras localidades como Ede (suroeste) o Jos (centro).

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Los comentarios de Buhari casi seguramente inflamarán las tensiones en el país más populoso de África, donde Amnistía Internacional reportó que soldados mataron a tiros a por lo menos 12 manifestantes el martes por la noche cuando una multitud cantaba el himno nacional. Las muertes generaron condena internacional.

En una declaración, Buhari dijo además que 11 policías y siete soldados han muerto a manos de “revoltosos” hasta el jueves y que “el caos no ha parado”. Agregó que otros 37 civiles fueron heridos, en los peores disturbios en Nigeria en años.

El presidente afirmó que protestas bien intencionadas fueron aprovechadas por vándalos.

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Pero muchos nigerianos están molestos por lo que el presidente no dijo. En un discurso televisado a la nación el jueves por la noche, Buhari no mencionó los tiroteos, y en lugar de ello les advirtió a los manifestantes que no “minen la seguridad nacional ni la ley y el orden”. El viernes, el presidente manifestó que el gobierno “no se cruzará de brazos ni permitirá a criminales y malhechores seguir perpetrando actos de vandalismo”.

El resentimiento persistía el viernes en medio del olor de neumáticos quemados en las calles relativamente calmadas de Nigeria. L

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Saqueos porque escondieron alimentos

Varios miles de personas entraron en un gigantesco almacén de alimentos en Jos y robaron grandes cantidades de comida que tenía que haber sido distribuida en marzo y abril, cuando se decretó una cuarentena para hacer frente al coronavirus.

"Durante el confinamiento teníamos hambre y escondieron la comida", aseguró indignada Mafeg Pam, una habitante de Jos. "¿Qué tipo de gobierno tenemos? Somos débiles, mucha gente muere de hambre", lamentó.

"Escondieron toda esta comida desde el inicio del confinamiento (a finales de marzo). Todos los precios aumentaron. ¿Cómo hacemos para sobrevivir?", declaró a la AFP Mohamed Ibrahim, en la carretera que llevaba al almacén, lleno de sacos en los que había escrito: "No vender. Gobierno de Nigeria".

Un saqueo multitudinario de este tipo ya había bloqueado la ciudad de Ede el viernes y en Calabar fueron atacadas las residencias de dirigentes políticos.

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Nigeria, principal productor de petróleo en África, de 200 millones de habitantes, es considerado uno de los países más corruptos en el mundo y ahora atraviesa una profunda crisis social. El movimiento de contestación que surgió en Lagos desembocó en una multiplicación de saqueos y acciones violentas. (I)