El repunte de violencia en la región separatista de Nagorno Karabaj, apoyada por Ereván, hace temer una guerra de gran envergadura entre Azerbaiyán y Armenia en el Cáucaso sur, zona donde compiten Rusia y Turquía.

Este es un repaso de los interrogantes levantados por este conflicto, que envenena la región desde la disolución de la URSS.

El territorio montañoso de Nagorno Karabaj, una región de unos 11.500 km2 con una población de mayoría armenia, ha sido desde hace décadas objeto de disputa entre Azerbaiyán, donde está ubicado, y los habitantes del enclave, que son apoyados por la vecina Armenia.

Publicidad

En 1988, hacia el final del régimen soviético, las fuerzas azerbaiyanas y los separatistas armenios comenzaron una sangrienta guerra en la que murieron entre 20.000 y 30.000 personas. Más de un millón huyeron de sus hogares.

Una tregua se firmó en 1994 y los armenios de Nagorno Karabaj lograron crear un Estado independiente de facto.

Pero, desde entonces, varias negociaciones para lograr un acuerdo de paz permanente han fracasado y la disputa continúa "congelada".

Publicidad

1. ¿Por qué estas hostilidades?

Tras semanas de retórica belicista, Azerbaiyán declaró que había activado una vasta "contraofensiva", afirmando que respondía a las provocaciones armadas de Nagorno Karabaj, región de mayoría armenia que se separó de Azerbaiyán.

Esta región, que recibe apoyo político, militar y económico de Armenia, afirma que ha sido víctima de una agresión, ya que Bakú intenta recuperar el control de esta provincia desde la guerra de 1988-1994, que causó 30.000 muertos.

Publicidad

Desde entonces, esta república autoproclamada sin reconocimiento internacional nunca ha vivido en paz, con frecuentes enfrentamientos a lo largo del frente, que nunca han cambiado de statu quo.

Según la experta Olesya Vartanyan, del International Crisis Group, el aumento de las hostilidades se explica esta vez, en especial, por la ausencia de mediación internacional reciente, y esto a pesar de la escalada que representaron los enfrentamientos armados en julio entre Armenia y Azerbaiyán directamente.

"Estos combates causaron mucha emoción y llamados a la guerra que desgraciadamente no fueron contenidos por una mediación internacional", lamenta.

2. ¿Una escalada significativa?

La reactivación del conflicto el domingo en Karabaj se caracteriza por una intervención militar de mayor envergadura. Azerbaiyán realizó bombardeos aéreos, usó artillería y tanques, y afirma que ha conquistado territorios.

Publicidad

"Estamos asistiendo a acciones muy coordinadas en varios lugares del frente con dos campos bien preparados", explica Olesya Vartanyan.

Estos enfrentamientos están menos localizados que los anteriores de abril de 2016, en Nagorno Karabaj.

"En 2016, principalmente fueron combates entre soldados de reconocimiento. Ahora vemos intervenciones completas con grandes medios", dice Gela Vasadze, experto instalado en Tiflis, capital de Georgia.

Ambos bandos decretaron también la ley marcial y una movilización militar, una "novedad", según Vasadze, desde el inicio de los años 1990.

Bakú reivindicó además la conquista de una posición clave que, si se confirma, podría facilitar los bombardeos sobre Stepanakert, la capital local.

El experto estima sin embargo que ninguno de los dos campos tiene "los recursos suficientes" para mantener un esfuerzo de guerra de "este alcance durante mucho tiempo".

3. ¿Posible propagación?

Solo una profunda incursión militar en el interior de Armenia o de Azerbaiyán, y no enfrentamientos en la línea de frente, podría provocar la intervención directa de Rusia o Turquía, según Gela Vasadze.

Turquía podría salir en ayuda de Azerbaiyán a través de sus acuerdos militares. De igual manera, Rusia, más cercana a Ereván, lo haría mediante la alianza militar que le une a Armenia.

"Pero una intervención directa sería poco beneficiosa para Rusia y Turquía, pues amenazaría sus relaciones económicas", matiza.

Sin embargo, Olesya Vartanyan señala que Turquía está reforzando su apoyo a Azerbaiyán, como se vio durante los ejercicios militares conjuntos en agosto, los mayores organizados entre ambos países.

"Además de la entrega de armas, no se sabe qué nueva ayuda estaría dispuesta a aportar Turquía. Hay muchas opciones sobre la mesa", asegura.

Armenia acusó a Azerbaiyán de contar con el apoyo, principalmente, de mercenarios aliados de los turcos en Siria, expertos militares turcos y pilotos de drones.

Azerbaiyán también acusó a Armenia de traer mercenarios.

4. ¿Cuáles son las soluciones diplomáticas?

Para Olesya Vatanyan, únicamente la movilización del grupo de Minsk, el mediador tradicional que reúne desde 1992 a Estados Unidos, Francia y Rusia, puede rebajar las tensiones.

"Los diplomáticos deben desplazarse y hablar con ambas partes", considera.

Para Gela Vasadze, por el contrario, haría falta una "intervención reforzada" de Estados Unidos y la Unión Europea en el conflicto, pues según él, Rusia hace un juego turbio.

"El objetivo de Rusia no es resolver el conflicto sino, al contrario, reavivarlo periódicamente para conservar su influencia regional", sostiene. (I)