La pandemia y la falta movimiento económico en el país han afectado de alguna u otra manera a los ciudadanos. Muchas familias han perdido o reducido su fuente de ingreso. No todos estábamos preparados para este parón económico, pero nos deja una enseñanza, es importante tener control sobre las finanzas personales. Esto es, permitir el flujo adecuado de dinero e insistir en el fomento del ahorro.

Las finanzas personales se refieren a la gestión financiera que necesita una persona o una familia para así poder hacer un presupuesto, ahorrar y gastar el dinero en un tiempo determinado. Sin embargo, se toman en cuenta una serie de factores como los ingresos, los gastos, los activos, los pasivos y posibles riesgos económicos que pueden influir en la economía.

“Para mantener equilibradas las finanzas personales, es necesario seguir un proceso entero, que involucra la planificación, la autoevaluación, el establecimiento de objetivos, la ejecución de ciertas actividades, el monitoreo, la evaluación y medición de nuestros movimientos” comenta el decano y docente de Finanzas de la Universidad del Río, Francisco Parodi.

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El control de las finanzas implica un plan medible.

El establecimiento de un plan adecuado involucra objetivos alcanzables y medibles, que a su vez permitan el seguimiento del presupuesto mensual, ligado a los ingresos. Esto también representa la definición de gastos. “Evidentemente todo gasto que no esté dentro de las necesidades cotidianas y que no involucre una afectación directa a nuestra vida, resulta un gasto no vital”, agrega Parodi.

Por otra parte, es usual en los consumidores confundir cuando un gasto equivale a un inversión. En este caso, una inversión representa un beneficio a corto o largo plazo, en su lugar, el simple gasto equivale a la utilización de recursos económicos para obtener algo que no representa una ventaja para la persona.

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El gasto quita capital. Se debe tener muy claro que al hacer un gasto, no se va a recuperarlo. Es un gasto, algo que se disfruta- No hay el retorno de ese gasto.

En cambio, al hacer una inversión se paga por un bien o un servicio del cual se tendrán retorno determinado. Este retorno puede ser igual aunque lo óptimo es que se incremente.

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La inversión supone una generación de beneficio a futuro. Bajo mi creencia, las inversiones más convenientes son las que permiten una generación de beneficios más sostenibles, como la educación porque representa una mejora que es sostenible en el tiempo” indica Parodi.