Jenny Ortiz, productora de frutas del cantón Pimampiro, de la provincia de Imbabura, fue parte de los agricultores que recibieron en total $23 000 de créditos de BanEcuador para impulsar el cultivo de aguacate hass en ese sector.

Lamentó que los agricultores estuvieran invisibilizados por mucho tiempo, pero resaltó que ahora tienen un objetivo: el aprendizaje y la proyección de este nuevo cultivo.

Es que Ortiz también es parte de los 30 productores que serán los primeros alumnos de la Escuela de Fruticultura, que se inauguró el 1 de septiembre y que tendrá su primera clase el próximo martes 15; y cuyo primer cultivo será justamente el aguacate hass.

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La escuela es una iniciativa que junta a actores públicos y privados. Es impulsada por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), a la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), y BanEcuador; con el apoyo del Gobierno Municipal de Pimampiro, la Fundación Codespa, de España, y las empresas privadas Ecojambi, Bestagro, Semidor y Ecuaquímica.

Para Andrés Andrade, director ejecutivo del Iniap, las expectativas de la escuela, así como del cultivo de aguacates en Pimampiro son tan extensas que podrían igualar en exportación a los principales productos ecuatorianos, como el banano, que genera entre $2500 millones y $3000 millones como industria, con 200 000 hectáreas sembradas.

“Por cada 10 000 hectáreas de aguacate que pudiéramos sembrar, pudiésemos generar en valores de exportaciones entre $300 y $400 millones por año. Imagínense si tuviéramos 100 000 hectáreas de aguacate, estaríamos a la par del banano y a la par del camarón, entonces no lo veamos como poca cosa”, aconsejó Andrade.

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Actualmente, según cifras del MAG, se calcula que hay sembradas alrededor de 400 hectáreas de aguacate hass en la Sierra y 250 hectáreas en la Costa.

En tanto, Karla Tinoco, directora de Transferencia de Tecnología del Iniap, indicó que aunque se inició con aguacate y con 30 agricultores, la idea es capacitar a alrededor de 1200 agricultores, estudiantes y técnicos en temas frutícolas de varios cultivos a nivel nacional.

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Añadió que solo en Pimampiro trabajan con una asociación de regantes de 120 socios, aunque empezarán con 30 por ser un número más manejable por el tema de la bioseguridad.

“Vamos a hacer las escuelas in situ, quiere decir que la gente del Iniap, del MAG, BanEcuador y de Agrocalidad vamos a ir al lugar donde están los agricultores y trabajar con ellos en cada una de sus fincas”, explicó Tinoco, quien reveló que el currículum de capacitación para este primer ciclo es de alrededor de quince sesiones.

Los estudiantes serán capacitados en generalidades del cultivo, manejo integrado, manejo de producción limpia, producción de plantas de calidad y otros temas, como buenas prácticas agrícolas, educación financiera, circuitos de proximidad para comercialización e incluso, sostuvo Tinoco, se les ayudará a crear cajas de ahorro dentro de las comunidades.

Las capacitaciones se realizarán un martes de cada quince días.

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“Está planificado que la escuela termine con ellos en marzo (del 2021), sin embargo, eso depende del grupo al que se va a dirigir, si hay grupo de estudiantes se puede hacer en menos tiempo”, aclaró la experta, quien aseguró que se proyecta abrir capacitaciones en otros cultivos y más provincias como la mora en Cotopaxi o el durazno en Chimborazo; y en la Costa, mango y maracuyá, después de identificar a los beneficiarios, hacer un plan de capacitación y buscar la participación de los GAD.

Añadió que además están en conversaciones y haciendo nuevos modelos y planes de capacitación para continuar con más organizaciones y nuevas instituciones cooperantes, como el Instituto Interamericano de Cooperación para la agricultura (IICA) y la Escuela Superior Politécnica del Chimborazo (Espoch).