El banquero Fidel Egas Grijalva da detalles de la adquisición, a título personal, del Intercredit Bank de Miami (Estados Unidos), por un monto de $32 millones. Esa institución fue fundada hace 30 años por el fallecido magnate bananero Luis Noboa Naranjo. Ahora vuelve a manos de un ecuatoriano.

¿Cuáles fueron las razones que le llevaron a hacer esta inversión del nuevo banco? ¿Por qué a título personal? ¿Era un buen momento, pese a la pandemia?
Esta es una muy vieja aspiración, pues hemos tenido con Banco Pichincha una agencia en Miami, controlada por la Reserva Federal (FED) y veíamos que había muchas cosas que no podíamos hacer por restricciones legales. No era fácil para un ciudadano extranjero, no residente en Estados Unidos, que se nos otorgaran una licencia nueva, por lo que aprovechamos esta oportunidad que se presentó. Estados Unidos muy difícilmente autoriza a bancos extranjeros establecerse como locales, por lo que se autorizó la compra a título personal. A pesar de que las Agencias de Control sabían del Banco Pichincha, realizaron una investigación para autorizar que un extranjero, no residente, entrara a controlar un banco local. El negocio se cerró hace más de un año, pero la autorización se dio en mayo y recién hemos tomado el control de la operación.

¿Cuáles son los planes? ¿Hay un plan de expansión?
Estamos elaborando un nuevo plan estratégico, pues el que teníamos se volvió obsoleto por la pandemia. Nuestros clientes serán ecuatorianos residentes en Estados Unidos, ecuatorianos, latinoamericanos o españoles clientes de Banco Pichincha en sus países, que hacen negocios en EE. UU. y, por supuesto, los norteamericanos residentes en Miami. Tenemos un compromiso de invertir otros $20 millones en los próximos años para sostener el crecimiento del banco. Al momento estamos buscando un nuevo local matriz y abriremos una o dos nuevas agencias.

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¿Por qué no se enlazó esta nueva entidad al grupo Pichincha?
El Intercredit es un banco local sin mayores problemas y una autorización para que lo compre el Banco Pichincha hubiera sido imposible de conseguir con la política de Estados Unidos en relación con bancos extranjeros en su territorio. La autorización para la inversión personal demoró más de un año.

¿Existe alguna razón particular por la que se decidió adquirir Intercredit Bank?
Buscábamos desde hace mucho tomar el control (comprar una mayoría) de un banco local en la Florida, que es la puerta de entrada de Latinoamérica a EEUU. Creemos que podemos facilitar los negocios de empresarios ecuatorianos si tenemos acceso directo a ese mercado. No era fácil porque además de tener el dinero para la compra se requería que las autoridades lo autoricen. Me siento muy orgulloso de que esta autorización se dio después de una revisión de todas mis actividades en el Ecuador y a nivel internacional. Fue como aprobar un examen muy exigente. También cuenta que el banco había sido fundado hace más de 30 años por un empresario ecuatoriano, don Luis Noboa Naranjo.

¿Cree que esta crisis, que es universal, requiere una revisión del sistema económico en su conjunto a nivel mundial?
El sistema económico mundial necesita revisarse desde hace mucho tiempo. Entre los distintos países y comunidades priman las injusticias, al igual que entre los individuos. El sistema debe enrumbarse a defender el planeta, asegurar el fin de la pobreza, garantizar educación básica de calidad para todos y un sistema sanitario mínimo que nos proteja de enfermedades.

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¿Cómo visualiza en esta transformación el papel de la banca?
La banca debe asegurar un reparto más equitativo del crédito. Los mercados ya actúan poderosamente en este panorama, pero es necesario que los bancos intervengan buscando ideas y ejecutores para otorgarles recursos que las viabilicen. No solo se hace necesario gestionar recursos para que los capaces y esforzados los pongan en actividades concretas; también hay que financiar el desarrollo de los más necesitados. (I)