Un velero llamado libertad, La fuerza de los pobres y Por eso es que me llaman loco son tres de los videos más icónicos de las campañas políticas de Abdalá Bucaram en los años 80 y en los que empezó la exposición mediática de sus hijos Jacobo, Linda, Abdalá y Michel.

Imágenes de los niños Bucaram Pulley se intercalan con las de su padre caminando en solitario por la avenida Balboa de Ciudad de Panamá. O con las del helicóptero en el que aterrizó en la 29 y Oriente, en suburbio de Guayaquil, a su retorno de su primer autoexilio. Y con las del mismo Bucaram colgado de los pulgares.

Los cuatro hermanos crecieron entre los sobresaltos de la agitada vida política de su padre, marcada por procesos electorales, juicios y las largas ausencias de los asilos en Centroamérica. Pero solo Jacobito y Dalo se interesaron en seguir sus pasos.

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Los tres varones enfrentan actualmente procesos judiciales por varios delitos: Jacobito tiene dos, uno por transporte y comercialización, y tráfico de bienes del patrimonio cultural, que comparte con su padre; y otro por asociación ilícita para la compra de insumos médicos por la pandemia del COVID-19, en el que también están señalados Dalo y su esposa, Gabriela Pazmiño, y Michel.

Jacobo, Dalo y Michel tienen orden de prisión preventiva; mientras que Gaby tiene una medida cautelar de presentación periódica que no cumplió. Del primero se desconoce su paradero; los otros dos y la esposa de Dalo se hallan en Estados Unidos y tramitan el asilo político.

La familia de Abdalá Bucaram lo recibió a su regreso a Guayaquil desde Panamá en el 2005, cuando la Pichicorte anuló sus juicios por peculado. Foto: Archivo.

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El nombre del bisabuelo

Jacobo, ahora de 42 años, estaba llamado a convertirse en su heredero político por ser el mayor y por llevar el nombre de su bisabuelo, el primer Bucaram que llegó del Líbano.

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En los ya citados videos aparece de cajón la toma en que su padre, con un collar de flores en el cuello, lo abraza mientras ambos estallan en llanto en la 29 y Oriente.

Emilio Espinoza, amigo personal del exmandatario, recuerda que Jacobo fue siempre el más allegado a su padre. Lo acompañaba en sus recorridos de campaña electoral (dos de la Alcaldía de Guayaquil y tres presidenciales). Sus hermanos eran más pequeños.

Cuando Bucaram llegó a la Presidencia de la República por el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) se dijo que Jacobito había organizado una fiesta para celebrar el primer millón de dólares supuestamente obtenido en las Aduanas; algo que siempre negó la familia.

Abdalá Bucaram Ortiz junto a su hijo Jacobo cuando ganó las elecciones de 1996. Foto: Archivo.

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Un excolaborador del PRE que laboró en esa institución no recuerda que Jacobito haya pasado por ahí alguna vez y dice que esa "falsedad le hizo mucho daño".

Tras el derrocamiento de su padre en 1997, Jacobito trabajó para conseguir su retorno junto a su familia y varios equipos de abogados. Dentro del PRE ocupaba la Dirección Nacional de las Juventudes, pero algunos de sus allegados señalan que no hacía trabajo de campo. Aunque sí estaba presente en las reuniones de la directiva nacional, que usualmente estaba encabezada por alguno de sus tíos paternos.

En el 2005, cuando Omar Quintana llegó a la Presidencia del Congreso, era frecuente observarlo en las reuniones del pleno; incluso algunos legisladores dijeron que se lo pensaba nombrar director de Personal del Parlamento, algo que el propio Quintana negó.

Mario Touma, quien era entonces el jefe de la bancada roldosista, afirma que Jacobo no era parte del grupo asesor de los diputados y, por ende, no tuvo ninguna actuación en temas legislativos, pero sí participaba en las gestiones relacionadas con el retorno del expresidente.

Pero un legislador alterno de la época indica que el hijo mayor de Bucaram fue parte de las negociaciones políticas con el gobierno de Lucio Gutiérrez que derivaron en la designación de la llamada Pichicorte, presidida por Guillermo Pichi Castro Dáger, quien dictó la nulidad constitucional de los dos juicios por peculado de Abdalá, lo que le permitió regresar por unos días ese mismo año.

De futbolista a candidato presidencial

Mientras Jacobito hacía todo esto, Dalo –ahora de 37 años- se dedicaba a jugar fútbol. Pasó por Barcelona, Emelec, Audaz Octubrino, Santa Rita y hasta fue seleccionado sub-20.

En el 2001, él y Jacobo fueron involucrados en la agresión al director técnico de la selección, Hernán Darío Gómez, que lo había excluido de la convocatoria para integrar la Tri. El autor físico de la agresión fue Joselo Rodríguez, que luego sería asesinado.

Pero no fue sino hasta el 2007 que Dalo se involucró en la actividad del PRE. Asumió la dirección cantonal en Guayaquil. Ese año su esposa, que ya era una popular conductora de televisión, participó por primera vez como candidata. Ocupaba el segundo puesto en la lista de diputados nacionales, que encabezó Jimmy Jairala.

Abdalá Bucaram Pulley fue seleccionado sub-20. Jugó en varios clubes de fútbol. Foto: Archivo.

En el 2008 fue designado como director nacional del PRE. Pero trató de remozarlo hablando de una “nueva era” y marcando distancia con los líderes históricos, de los que decía que no habían hecho lo suficiente para traer de regreso a Abdalá. Entonces él tomó la posta de las gestiones con ese propósito.

Ese año debió recoger nuevamente afiliaciones para reinscribir al partido luego de que la Constitución de Montecristi extinguió a todas las organizaciones políticas.

En el 2006, el PRE apoyó la candidatura de Rafael Correa en la segunda vuelta electoral; y ya en el Gobierno, la agrupación política dio sus votos en instancias ‘clave’, como el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el Congreso, que viabilizaron el proyecto de la Revolución Ciudadana.

Así, según contó Dalo a este Diario en el 2012, con Correa hubo tres reuniones entre noviembre del 2007 y noviembre del 2008. En una de ellas el mandatario se habría comprometido a que la Asamblea Constituyente daría la amnistía a los exmandatarios Gustavo Noboa, Alberto Dahik y Abdalá Bucaram; y al exministro Jorge Gallardo. Lo hizo con Noboa y Gallardo, pero no con Bucaram ni Dahik.

En el 2009 fue candidato a asambleísta nacional. Su esposa participó en Guayas. Ambos ganaron las curules. Y se reeligieron en el 2013.

Cuando el PRE perdió su personería jurídica en el 2014, Dalo Bucaram armó Fuerza Ecuador (FE), en el que ya no participaron los viejos líderes del roldosismo. “Se echó el partido al hombro”, recuerda un exdirigente, quien agrega que, a diferencia de Jacobo, Dalo sí tenía sus aspiraciones políticas personales.

En el 2017 fue candidato a la Presidencia de la República; llegó en quinto puesto. En una entrevista con este Diario dijo: “Llevar el apellido Bucaram no es un ‘estigma’, ese es un término negativo. Sí es un peso, como llevar el apellido Kennedy, Roldós o Fujimori o de otros líderes mundiales. Que ese peso sea positivo o negativo depende de cada persona”.

En vísperas de los comicios de ese año, Jacobo volvió a tener protagonismo al golpear en un restaurante a Ricardo Rivera, tío de Jorge Glas, quien era el compañero de Lenín Moreno en el binomio presidencial de Alianza PAIS (AP).

Para la segunda vuelta apoyó a Moreno. A cambio pidió, nuevamente, que no se pongan obstáculos al regreso de Abdalá, cuyos juicios penales estaban por prescribir.

Asambleístas afines a Correa denunciaron que Moreno había entregado a los roldosistas el manejo de las eléctricas; y luego el de algunos hospitales.

Los otros, alejados

Michel, de 36 años, es recordado como el bebé que en los videos aparecía en pañales corriendo hacia los brazos de su padre. No se involucró de lleno en política. Solo en el 2013 fue candidato a asambleísta por el PRE encabezando la lista del distrito 1 de Guayas. Pero no logró la curul.

Allegados a la familia señalan que se dedicó a sus negocios de importación y en los últimos años fundó, junto con su esposa, Daniella Paulson, un grupo católico llamado Seguidores de Jesús que realizaba jornadas de oración en su casa todos los miércoles; además de retiros y obras sociales en hospitales y hospicios a los que llamaban 'misiones'.

En tanto que Linda, que ahora tiene 40 años, nunca participó en política. Montó un emprendimiento de confección de ropa de bebés. Se casó con Selim Dumani Ramírez, con quien tuvo un hijo del mismo nombre.

Curiosamente, a través del niño, los Bucaram terminaron emparentados con la familia Febres-Cordero, ya que la suegra de Linda, Maritza Ramírez Massuh, es prima de Cruz María Massuh, la segunda esposa del expresidente León Febres-Cordero.

Selim Dumani falleció de cáncer en el 2007; desde entonces Linda se radicó en Miami, Estados Unidos, donde se volvió a casar hace tres años con Pablo Gamboa. (I)