Al trágico balance de las explosiones registradas en el puerto de la capital libanesa, que dejaron más de 170 muertos y devastaron una infraestructura económica fundamental para el país, se ha sumado la destrucción de joyas arquitectónicas de la ciudad, entre ellas museos y edificios tradicionales que reflejaban su pasado histórico.

Como resultado de las detonaciones de varias toneladas de nitrato de amonio, unos 640 edificios patrimoniales resultaron dañados y de estos, al menos 70 podrían derrumbarse si no son restaurados pronto, según la Agencia de Noticias Nacional.

"Centenares de edificios considerados patrimonio nacional quedaron dañados... requerirá mucho trabajo reconstruirlos", declaró el ministro de Agricultura y Cultura, Abbas Mourtada.

Publicidad

"No escatimaremos esfuerzos para tratar de obtener fondos para la restauración y preservación de los edificios porque son un reflejo de la arquitectura tradicional de Beirut", declaró el funcionario.

Mourtada hizo también un llamado a las entidades inmobiliarias para que no compren las edificaciones históricas destruídas con el fin de demolerlas y de construir edificios modernos e instó a preservar la historia de la ciudad y su civilización, registró la agencia de noticias china Xinhua.

Casa tradicional libanesa arrasada por la explosión en el devastado barrio de Gemmayzeh. AFP

La mayoría de los edificios tradicionales de los elegantes barrios de Gemmayze y Mar Mikhael, cercanos al puerto, quedaron total o parcialmente destruidos y han circulado noticias de que los propietarios de estos edificios intentan venderlos a empresas inmobiliarias que desean construir edificios modernos.

Publicidad

Hace unos 15 días atrás, los barrios de Gemmayzé y Mar Mikhael, eran el lugar predilecto de los jóvenes por sus bares y tiendas de moda. Ahora, las calles desaparecen bajo los escombros y muchos edificios con sus acabados de mármol y piedra ocre están a punto de desaparecer.

La arquitectura en Beirut es famosa por tener ventanas con un triple arco en edificaciones que datan del periodo otomano (1516-1918) o del mandato francés (1920-1943) y que aunque ya estaban deteriorados por el paso del tiempo y la guerra civil (1975-1990), seguían siendo admiradas.

Publicidad

Vestíbulo del Museo Sursock afectado a raíz de la explosión. AFP

La explosión destruyó un palacio del siglo XVIII y otros edificios de esa época, todos ellos más antiguos que la creación del Estado del Líbano, que cumple un siglo el 1 de septiembre de este año.

"Es como una violación", lamenta Tania Ingea, heredera del palacio con columnas de mármol en el que estallaron unos vitrales que datan de hace más de 200 años. En la edificación, las puertas quedaron derribadas y también sufrieron daños los recubrimientos de madera del periodo otomano.

El edificio, construído por la familia aristócrata Sursock, es una de las grandes fortunas de Beirut que ha resistido a la guerra civil y al violento enfrentamiento entre Israel y Hezbolá en 2006, pero ahora "la explosión representa una ruptura entre el presente y el pasado", dice Ingea.

En la misma zona, se encuentra el museo Sursock, un lugar destacado de la vida cultural en Líbano que reúne una importante colección de arte moderno y contemporáneo y que hace unos pocos meses organizó una inédita exposición del reconocido Pablo Picasso.

Publicidad

El edificio, construido en 1912 con una mezcla de arquitectura veneciana y otomana, tampoco resistió a la explosión. Sus vitrales estallaron y ahora sus elegantes ventanales son unos agujeros enormes y bolsas de escombros recogidos se acumulan en su enorme escalera blanca.

En el museo, entre 20 y 30 obras sufrieron desperfectos por el impacto del vidrio de las ventanas.

"No me esperaba tantos desperfectos", dice Jacques Aboukhaled, el arquitecto encargado de los trabajos de renovación de un espacio que reabrió en 2015 tras ocho años de reconstrucción.

Aboukhaled dice que la restauración del lugar tardará más de un año y llegará a costar varios millones de dólares.

No obstante, mientras se siguen contabilizando los edificios con graves desperfectos, el museo nacional de Beirut parece haberse beneficiado de un milagro. El edificio, que reúne varias estatuas griegas, romanas y fenicias de la Edad Antigua, sufrió unos pocos daños en la fachada, según indicó el ministro Mourtada.

El Gobierno libanés designó un equipo que se encarga de hacer un inventario de los desperfectos en edificaciones. Las autoridades ya advierten que la reconstrucción costará al país una alta de cifra de cientos de millones de dólares.

"Necesitamos realizar estas obras de restauración lo más rápido posible",apunta el ministro y advierte que "si el invierno llega y no se han terminado, el peligro será grande".

Una vivienda de arquitectura tradicional devastada en un barrio cercano al puerto de Beirut. AFP

La Dirección General de Antigüedades del Líbano hizo un llamado a la UNESCO para que sea quien dirija la movilización internacional para la recuperación y reconstrucción de la cultura y el patrimonio de Beirut. El organismo ya movilizó a las principales organizaciones culturales y a expertos nacionales y extranjeros para coordinar medidas de emergencia a largo plazo para poder salvaguardar el patrimonio cultural de Beirut y rehabilitar su vida cultural, registró La Vanguardia.

En tanto, el presidente de Líbano, Michel Aoun, anunció esta semana que las estimaciones preliminares para las perdidas registradas por la explosión superan los $15 000 millones de dólares. La comunidad internacional no ha dejado de buscar ayuda y fondos para ayudar a los libaneses.

"La explosión... en el puerto de Beirut conmocionó al mundo” manifestó la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas quien este domingo expresó el compromiso de la Organización “a ayudar al pueblo del Líbano de todas las formas posibles”.

Durante su intervención en la conferencia virtual de donantes para Líbano liderada por Francia y las Naciones Unidas, la Vicesecretaria General Amina Mohammed hizo también un balance de las pérdidas materiales en las que contabilizó vecindarios arrasados, gran parte de las reservas de grano del país destruidas, seis hospitales dañados o destruidos y cientos de miles de personas sin hogar, muchos de ellos niños.

“Desde la explosión, el sistema de las Naciones Unidas ha estado trabajando las 24 horas del día, entregando suministros médicos, equipos de refugio y paquetes de alimentos, y ayudando a reunir a las familias separadas”, destacó Mohammed.

La vicesecretaria advirtió además que la explosión “tendrá profundas repercusiones sociales y económicas” ya que el país se enfrentaba a dificultades económicas, el brote del coronavirus y albergaba grandes comunidades de refugiados sirios antes de la explosión.

“El pueblo libanés merece un futuro estable y seguro”, concluyó Mohammed. (I)