El más alto tribunal administrativo en Turquía abrió este viernes el camino para la transformación de la antigua basílica de Santa Sofía en mezquita, revocando su estatuto actual de museo.

El Consejo de Estado turco decidió, a pedido de varias asociaciones, anular una disposición gubernamental de 1934 que otorgaba a Santa Sofía, en Estambul, el estatuto de museo, indicó la agencia de prensa estatal Anadolu.

Santa Sofía, una obra arquitectónica importante construida en el siglo VI por los bizantinos que coronaban allí a sus emperadores, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y es una de las principales atracciones turísticas de Estambul.

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Fue convertida en mezquita en el siglo XV después de la invasión otomana y en museo en 1935 por el líder de la joven república turca, Mustafa Kemal Atatürk.

"Se llegó a la conclusión de que el acta del asentamiento lo asignaba como mezquita y su uso fuera de este carácter no es posible legalmente", dijo en su fallo el Consejo de Estado, el máximo tribunal administrativo de Turquía.

"La decisión del gabinete en 1934 que puso fin a su uso como mezquita y la definió como museo no cumplió las leyes", agregó en referencia al edicto firmado por Ataturk.

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La asociación que presentó el caso ante el tribunal, el más reciente en una batalla legal de 16 años, dijo que Santa Sofía era propiedad del líder otomano que capturó la ciudad en 1453 y convirtió la iglesia bizantina -de 900 años de antigüedad ya- en una mezquita.

Partidarios del gobierno celebran la decisión.

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Poco antes de que trascendiera la decisión del tribunal, la Unesco, con sede en París, llamó a Turquía al diálogo antes de cualquier decisión que pudiera atentar al "valor universal" de este monumento del patrimonio mundial.

Poco después de conocerse la decisión el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció la apertura de la antigua basílica de Santa Sofía en Estambul al culto musulmán.

"Se ha decidido que Santa Sofía será colocada bajo la 'administración de Diyanet' (Autoridad de Asuntos Religiosos) y será reabierta a las oraciones", anunció Erdogan en un comunicado en Twitter.

Tanto Grecia como la iglesia ortodoxa de Rusia lamentaron la decisión.

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Grecia consideró que esta decisión constituye "una abierta provocación al mundo civilizado".

"El nacionalismo demostrado por Erdogan retrotrae al país seis siglos atrás" aseguró la ministra griega de Cultura, Lina Mendone, en un comunicado.

Por su lado la iglesia ortodoxa rusa lamentó que la "preocupación" de "millones de cristianos" no haya sido escuchada por la justicia turca. (I)