La organización de defensa de los animales PETA denunció, con apoyo de un video documental, la explotación laboral y maltrato de miles de monos en industrias de cultivo, recolección y venta de cocos en Tailandia.

La leche de coco se ha convertido en un producto muy apetecido por varios países del mundo. El consumo de la fruta y otros derivados está en aumento y ahora se enfrenta a una inusitada polémica.

Los primates serían utilizados para bajar hasta mil cocos diarios. Un hombre solo podría bajar hasta 80 por día. El método de enseñanza sería cruel ya que se los amarraría con cadenas y se los somete a estrés psicológico. Además, viven en jaulas.

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Las autoridades tailandesas afirmaron que“casi no existe” el uso de monos en este sector y que las imágenes pueden estar "manipuladas", pero ante la duda y el impacto de la denuncia animalistas diversas firmas de Reino Unido han anunciado que suspenderán las compras a las empresas que puedan estar involucradas en maltrato a los animales.

El Gobierno del país asiático dijo que “aún podrían existir fotografías de monos recolectando cocos para turismo o videoclips, lo que ha creado el malentendido”, según la agencia Reuters.

Sin embargo, el vicepresidente senior de PETA Jason Baker afirmó que “las imágenes de la investigación de PETA fueron grabadas recientemente en plantaciones y escuelas de entrenamiento. Cuando el gobierno intenta explicar la extrema crueldad con los monos, eso solo enfada más al público”, agregó.

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La denuncia difundida por PETA se basa en una investigación con cámaras ocultas llevada a cabo por activistas de la delegación en Asia de esta entidad de defensa radical de los derechos de los animales. El documental difundido en Reino Unido esta narrado por el actor Peter Egan (Downton Abbey) y muestra a diversos monos atados a cadenas, confinados en jaulas y encargados de trepar a los cocoteros.

Según PETA, tras la emisión del documental “más de 15,000 tiendas ya no comprarán productos de las marcas [acusadas] y la mayoría ya no comprará ningún producto elaborado con cocos recolectados con trabajo de monos en Tailandia”.

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En julio de 2019, activistas de PETA Asia en Tailandia visitaron cuatro “escuelas de monos”, ocho granjas y una competencia recolectora de cocos, en la que los monos, supuestamente capturados ilegalmente siendo bebés, eran forzados a recolectar cocos para exportar a todo el mundo.

Los monos eran encadenados a viejos neumáticos o confinados en jaulas apenas más grandes que sus cuerpos. Un mono en una jaula en la parte trasera de una camioneta sacudía reiteradamente su jaula en un vano y desesperado intento por escapar, y otro que gritaba amarrado a una cuerda trataba de huir frenéticamente de su manejador. Un investigador descubrió que a los monos que trataban de defenderse les podían llegar a extraer los dientes caninos”, indica PETA.

“Estos animales curiosos y altamente inteligentes están privados de estimulación mental, compañía, libertad y de todo lo que daría sentido a sus vidas, solo para poder ser usados en la recolección de cocos”, dice la directora de PETA, Elisa Allen. “PETA pide que las personas decentes jamás apoyen el trabajo de monos, rechazando productos de coco de Tailandia”.

Las firmas Waitrose, Co-op, Boots y Ocado habrían informado que no venderán productos que utilicen trabajo de monos, mientras que Morrisons ya retiró los productos tailandeses en medio de una campaña liderada por Carrie Symonds, prometida del primer ministro Boris Johnson.

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Tailandia exportó el año pasado unos 12.300 millones de bahts (396 millones de dólares) en leche de coco, cerca de un 8% de los envíos fue destinado a Reino Unido. (I)