Ecuador está entre los veinte países actualmente más afectados por el coronavirus en todo el mundo. La Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, lo registra con una tasa de mortalidad de 7,8 % y 27,15 muertes por cada 100 000 habitantes.

Detrás de estas cifras -de casos y víctimas de COVID-19 confirmados- hay otra población gravemente afectada en su desarrollo socioeconómico. La clase media también está perdiendo gente, ingresos, servicios, y el 6 % o hasta el 12 % de ella se enfila a los niveles de pobreza.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hace una estimación del impacto que pudo haber tenido la paralización de la economía -en las cuarentenas- en los estratos socioeconómicos de los países andinos y en las que Ecuador presenta el peor deterioro:

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A la pobreza se sumaría un 6 % más de la población ecuatoriana, pasaría al 33,6 %. Ahí ahora entran quienes dejaron de pertenecer a la clase media en medio de la pandemia. En la clase media están la vulnerable, que se reduciría del 43,3 % al 40,8 %, y la consolidada, que es la más afectada y caería del 27,7 % al 24,6 %.

La estimación del BID supone que los informales, cuentapropistas y patrones de pequeñas empresas dejaron de recibir todos sus ingresos laborales, pues las cuarentenas fueron obligatorias y estrictas, y toma en cuenta las compensaciones dadas por los Gobiernos. Pero admite que "al momento de elaborar este trabajo, en Ecuador no se estaban produciendo despidos masivos de empleados asalariados" y el Gobierno enviaba la Ley Humanitaria para aplicar cambios laborales que finalmente permitieron rebajas salariales, reducciones horarias o suspensiones, para mantener los empleos.

Byron Villacís, exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y cofundador del Observatorio Latinoamericano de Censos de Población, considera que los cálculos del informe del BID están subestimados y que el impacto será mucho mayor.

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"Los hogares tienen mucha más vulnerabilidad que la descrita y su impacto va a ser mayor, sobre todo porque la pandemia no solo afecta los ingresos (con una caída), sino a los gastos (con un incremento). Una persona que tiene un familiar que muere no solo tiene que gastar el sepelio, sino reformular la estructura de ingresos del hogar" y es más grave si muere un jefe de hogar o un joven, pues afecta los ingresos actuales y de largo plazo.

Proyecta que la pobreza alcanzará niveles del 40 %, "no solo porque los despedidos son más, sino porque en términos relativos el incentivo que dio el Gobierno es el más pequeño y de menor significancia para el estrato popular. Aparte hay incremento de despidos que no son por la pandemia, sino por políticas de reducir el Estado", que no ve necesarias en esta emergencia y que causan un doble encadenamiento. "Este segundo punto hace que no solo afecte la clase popular, sino la clase media. Según el informe, bajará del 43 % al 40 %, yo creo que bajará al 30 %".

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Solo en dos meses de confinamiento -abril y mayo- el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) perdió a 240 108 afiliados ante los despidos y la crisis.

La caída del empleo afecta sobre todo a la clase media, indica el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, Pablo Arosemena. "Si las empresas no tienen facilidades para contratar, el ingreso disponible de los hogares no aumentará" y por ello proponen una reforma al Código de Trabajo, con contratos a plazo fijo y con jornadas laborales flexibles de acuerdo con el sector.

Villacís indica que el panorama económico con una clase media decreciente es pesimista, porque es la catalizadora del consumo. "Si esta clase social deja de consumir, rompe una cadena de producción-servicio que favorecía a todos los estratos. No solo sufren pobres, sino también ricos porque sus propios negocios caen en ventas".

Y además está el impacto social, "una clase media debilitada participa menos en política, se expande la desigualdad social, provoca otros problemas: se va a incrementar inseguridad, incrementa violencia y desconfianza entre clases sociales".

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¿Quiénes son de clase media?

La clase media vulnerable en Ecuador tiene un empleo inestable (subempleo), gastos que se representan entre un 80 % y 90 % de su ingreso y el jefe de hogar tiene entre educación secundaria o menor. Estaba apoyada fuertemente en sistemas públicos como seguridad social, préstamos del Biess y educación pública. No hay un consenso entre analistas sobre cuánto ganan, pero puede normalmente estar entre $400 y $850 al mes como hogar en conjunto, indica Byron Villacís, exdirector del INEC.

El informe del BID cita que es la población con ingresos de $5 a $12,4 per capita diarios.

La clase media consolidada tiene un rango mayor de ahorro, sus gastos se llevan entre 60 % y 80 % del ingreso, lo que le permite o ahorrar o gastar más en entretenimiento, viajes y deudas para bienes de capital. Los jefes de hogar tienen educación universitaria o al menos una persona del hogar tiene un título. También tenía soporte en sistemas de apoyo público y sus ingresos estaban entre $500 y $1000. Hay una superposición entre ambas clases medias, porque son clases interdependientes socialmente, pues una clase social no se explica solo por ingresos, sino por otras variables adicionales.

El BID refiere que la clase media consolidada tiene ingresos de entre $12,4 y $ 62 per capita diarios. (I)