En un supermercado de Harare, un zimbabuense agarra una barra de pan, mira la etiqueta y lo vuelve a poner en el estante porque no lo puede pagar. El precio volvió a subir un tercio en pocos días.

Fuera del centro comercial, una fila de automóviles de un kilómetro de largo espera a que lleguen los suministros de combustible a una gasolinería vacía.

Zimbabwe está siendo golpeada por la más fuerte crisis económica en una década, que incluye la escasez de productos básicos como gasolina y harina de maíz.

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Los precios de los productos básicos suben cada semana a medida que el valor del dólar zimbabuense se incrementa, llevando la inflación anual a 785,6% en abril.

La pobreza se está agravando entre la mayoría de la gente y las agencias de Naciones Unidas indican que 7,7 millones de personas, la mitad de la población, requiere asistencia alimentaria.

Pan y gasolina

La barra de pan subió 36% el mes pasado y la pasada semana un saco de 10 kilos de harina de maíz subió 30%.

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El miércoles, el precio de la gasolina subió 152%. Un similar incremento en enero de 2019 sumió al país en una serie de manifestaciones por todo el país, con saldo de al menos 17 muertos.

"Las cosas no pueden seguir así. Esa gente debe reconocer que fracasaron", dijo un residente de Harare, Timothy Bhaureni, refiriéndose al gobierno del presidente Emmerson Mnangagwa.

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Mnangagwa, que llegó al poder en 2017 tras un golpe militar que abogaba por revivir la moribunda economía, ahora culpa del malestar económico a "detractores políticos", sin dar nombres.

"Estamos siendo testigos de un implacable ataque a nuestra moneda y a la economía en general con modelos de precios exorbitantes", dijo Mnangagwa el 10 de junio al politburó de su partido ZANU-PF.

"Esta batalla está siendo impulsada por nuestros detractores políticos, élite de oportunistas y descontentos que están empeñados en impulsar un plan nefasto", agregó.

Suspenden transacciones económicas por celular

En una acción sorpresiva que añade confusión a una población ya muy preocupada, el gobierno suspendió el viernes por la noche las transacciones por celular, la plataforma más usada para hacer y recibir pagos en un país en plena crisis.

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El gobierno tomó la decisión para "controlar las malas prácticas, la criminalidad y el sabotaje económico".

Pero en un anuncio, el operador EcoCash desafió la orden y urgió a sus más de 10 millones de usuarios a seguir haciendo transacciones.

Hacia la hiperinflación

Hace tres semanas las autoridades aumentaron las medidas de seguridad causando rumores de golpe inminente, desmentidos rápidamente en una excepcional conferencia de prensa a la que asistieron los jefes de los servicios de seguridad del país.

"No se está preparando un golpe", declaró el ministro del Interior, Kazembe Kazembe.

Eldred Masunungure, del departamento de ciencias políticas de la Universidad de Zimbabue, afirmó que "nada apunta a la estabilidad, pero no quiero exagerar esto, pues ya hemos estado en estas encrucijadas muchas veces en el pasado y el país no colapsó".

"La tendencia predeterminada del país es hacia la inestabilidad. Parece que la inestabilidad es la nueva normalidad", añadió.

El economista Prosper Chitambara, del Instituto de Trabajo y Desarrollo Económico de Zimbabue dijo que el país está el borde de otro episodio de hiperinflación.

El Banco Mundial prevé que la economía de Zimbabue se contraerá en 10%. (I)