El féretro del prefecto Carlos Luis Morales junto a una bandera de Barcelona recorrió la zona de ingreso del camposanto Parque de la Paz, en La Aurora, al mediodía del martes para que quienes no lograron acceder al velatorio, que fue privado, pudieran despedirse de este multifacético personaje que desde los años 90 se ganó el cariño de la hinchada amarilla y que la mañana del lunes falleció repentinamente por un infarto.

Desde temprano este martes llegaron familiares, amigos, exfutbolistas, colegas del también periodista y hasta fanáticos de sus años en el equipo torero.

No todos lograron entrar a su velatorio, pues hasta los más cercanos a la familia debían estar registrados en una lista de 60 personas que se revisaba en la entrada del cementerio.

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Eso formó largas filas de vehículos y algunos personajes estacionaron sus carros y decidieron esperar de pie junto a la puerta a que la familia Morales autorizara su entrada, lo que era complejo por los protocolos de bioseguridad por la pandemia del coronavirus que se deben cumplir también en los cementerios.

Los grandes ausentes fueron los personajes políticos. Ni siquiera sus compañeros de partido acudieron, pues la relación de Morales con ellos se vio afectada luego del escándalo de corrupción que desencadenó una investigación.

Incluso la madre de Carlos Luis Morales se mostró molesta y entre gritos afuera de la clínica donde murió su hijo dijo que no los quería ver.

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Entonces no se hicieron presentes, pero sí mostraron sus respetos a través de las redes.

La gente que trabajaba con el prefecto en los recorridos por la provincia del Guayas y quienes desarrollaban proyectos en el agro sí acudieron y esperaron pacientemente para despedirlo, aunque sea desde las rejas del camposanto.

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Incluso exglorias del deporte como Luis Capurro y Christian Nazareno estuvieron ahí. Ellos dijeron sentirse apenados y contaron que habían compartido con el prefecto el viernes en un homenaje que se realizó por el Día del Padre, en el que participaron exjugadores.

“Era mi compadre, todos nos tomamos una foto y conversamos, reímos y recordamos buenos momentos en la cancha, donde hasta nos enfrentamos en equipos rivales”, contó Nazareno.

Él y Capurro se retiraron cerca de las 10:00. Ellos no lograron ingresar al sepelio.

Quien sí corrió con suerte fue una fanática de 81 años. María Malagón fue vestida con la camiseta de su equipo y llevaba un póster.

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La mujer contó que había visto jugar a Morales y a otras grandes figuras de los 90 en el estadio Modelo, en el parque acuático Reed Park e incluso en las canchas del colegio Vicente Rocafuerte, en el centro.

Al ingreso del cementerio llegó a bordo de una camioneta un féretro amarillo con el escudo de Barcelona. Era un regalo de una funeraria para enterrar al exarquero, pero al final no se lo aceptó y lo sepultaron en el féretro en el que se lo retiró la noche del lunes de Criminalística.

Poco antes de que por un descuido en la puerta un grupo de hombres y mujeres ingresara corriendo al camposanto llegó también otra hija menor del prefecto Morales.

Se trata de Melanie, una niña de 15 años, quien estaba conectada a sus clases online cuando se enteró del fallecimiento de su padre, a través de los noticiarios.

Su mamá, Gladys Yoza, contó que inmediatamente llamaron al hermano mayor de Melanie y que este les confirmó la infausta noticia.

“Fuimos al hospital y estuvimos ahí un rato hasta que se llevaron el cuerpo”, explicó la mujer que llevó a su hija a despedirse de su padre.

La niña con lágrimas en los ojos explicó que si bien no pudo ver su padre el domingo, Día del Padre, este la llamó por teléfono y conversaron.

El hijo mayor del prefecto, Gabriel Morales, agradeció la presencia de seguidores y amigos y manifestó sentirse orgulloso de su padre. (I)