El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó este miércoles que la situación de "guerra" que vive Brasil, el tercer país más afectado por el COVID-19, justifica la decisión de su Gobierno de autorizar el uso de una medicina sin eficacia probada científicamente para tratar a todos los enfermos.

"Aún no existe comprobación científica, pero está siendo experimentada y usada en Brasil y en todo el mundo. De todas formas: estamos en guerra, en la que "peor que ser derrotado es la vergüenza de no haber luchado". Dios bendiga a Brasil", afirmó el líder ultraderechista en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter.

El Ministerio de Salud publicó este miércoles un nuevo protocolo sobre el tratamiento para los pacientes con COVID-19 que extiende el posible uso de cloroquina y de hidroxicloroquina, dos medicinas sin eficacia aún demostrada y con graves efectos colaterales, a todos los pacientes, incluso a los que están con los primeros síntomas.

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El protocolo admite que la eficacia de los dos antipalúdicos para tratar COVID-19 aún no fue probada y que las dos medicinas tienen graves efectos colaterales, como arritmia cardíaca, por lo que determina que solo pueden ser prescritas por médicos y para los pacientes que firmen un documento en el que reconocen que su situación se puede agravar.

La cloroquina ya era usada en Brasil para pacientes graves, hospitalizados y bajo observación médica, por si es necesario suspender el tratamiento por una arritmia cardíaca, pero Bolsonaro presionaba desde la semana pasada para que fuera extendida a todos los casos, incluso los menos graves.

Tal insistencia provocó la renuncia el pasado viernes de su ministro de Salud, Nelson Teich, que solo ocupó el cargo 28 días tras la destitución de Luiz Henrique Mandetta, retirado igualmente por sus divergencias con el líder ultraderechista sobre las estrategias para combate al COVID-19 en Brasil.

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El nuevo protocolo fue publicado un día después de que la Asociación de Medicina Intensiva Brasileña, la Sociedad Brasileña de Infectología y la Sociedad Brasileña de Neumología desaconsejaran el uso de la cloroquina.

De acuerdo con el exministro de Salud Luis Henrique Mandetta, la insistencia de Bolsonaro en forzar el uso de cloroquina para tratar a todos los pacientes puede provocar muchas muertes porque se trata de una medicina con graves efectos colaterales.

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Mandetta afirmó que la intención de Bolsonaro con su apuesta por la cloroquina es que las personas piensen que pueden volver al trabajo porque ya existe un remedio.

El líder ultraderechista es uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, ha llegado a calificar el COVID-19 como una "gripecita" e insiste en criticar las medidas de distanciamiento social adoptadas por gobiernos regionales para frenar la pandemia y en pedir la normalización de las actividades. (I)