Como un descubrimiento casual e inesperado han calificado las autoridades de Roma el hallazgo de siete losas del pavimento de la época imperial romanda gracias a socavón en la plaza de la Rotonda, donde está el afamado Panteón.

Debido a lo ocurrido reapareció intacto el subsuelo de histórica ciudad, provocando el interés sobre estos restos arqueológicos. El socavón fue tan extenso y profundo que la Policía colocó vallas de protección. Se dio el pasado 27 de abril, pero este viernes se hizo el anuncio del descubrimiento.

Según los primeros datos obtenidos, estas losas formaban parte de la restructuración que el emperador Adriano mandó a realizar en el siglo II -después de Cristo- y que cubría la zona frente al Panteón.

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Las losas están entre 2,30 y 2,70 metros de profundidad y miden alrededor de 80 cm de largo por 90 cm de ancho y tienen 30 cm de altura.

La actual situación de emergencia sanitaria por el coronavirus permitió que cuando ocurrió le socavón la plaza se encontrara vacía y no haya ningún herido. El cierre del Panteón y de los negocios adyacentes ha dejado el lugar sin turistas ni transeúntes.

"Después de 20 años de su primera aparición emergen intactas las losas del pavimento antiguo, protegidas por un estrato de fina 'pozzolana' -material volcánico usado para la creación de cemento-", explicó la superintendente arqueológica para Roma, Daniela Porro.

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Un escenario antiguo de grandes dimensiones

En la época romana, la plaza era mucho más amplia y se abría frente al primer Panteón, el de la época de Agripa, yerno del emperador Augusto, entre los años 27 y 25 a.C, aunque el actual es obra del emperador Adriano.

Cuando se construyó el nuevo Panteón, templo dedicado a todos los dioses romanos, se ordenó también una reconstrucción y una nueva pavimentación de la plaza frente al monumento.

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No es la primera vez que salen a la luz restos arqueológicos en la plaza de la Rotonda, ya que en las excavaciones realizadas para el Jubileo del 2000 se encontró la escalera de acceso y los cimientos de la fachada original del antiguo templo.

Las obras para cubrir el agujero, situado al lado de la fuente de la plaza y protegido con vallas, corren a cargo de la empresa energética Acea, que continuará trabajando con la colaboración de la superintendencia arqueológica. (I)