El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este martes una planta del fabricante de tapabocas Honeywell en Phoenix, donde volvió a insistir en la necesidad de retomar pronto las actividades económicas en ese país.

"Debemos abrir nuestro país", dijo el mandatario desde las instalaciones de la empresa. "No podemos mantener nuestra economía cerrada por los próximos cinco años".

"No digo que todo sea perfecto. ¿Se verán afectadas duramente algunas personas? Sí. Pero debemos reabrir nuestro país y debemos hacerlo pronto", añadió.

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Aunque Estados Unidos acaba de superar la cifra de 70.000 muertos por coronavirus y podría alcanzar los 100.000 fallecidos antes del mes de junio, la Casa Blanca lleva días centrando su discurso sobre el desconfinamiento progresivo del país.

Si faltaba una señal de la voluntad del gobierno de comenzar un nuevo capítulo, el vicepresidente, Mike Pence, indicó que la célula de crisis sobre la covid-19 pondrá fin a su labor en las próximas semanas.

La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, precisó, sin embargo, que los expertos médicos iban a seguir estrechamente vinculados a la toma de decisiones. "El presidente continuará su trabajo basado en datos para una reapertura segura", dijo.

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Tras haber dado a entender lo contrario, Trump, rodeado de obreros con mascarillas durante la visita de la empresa en Phoenix, no se puso ninguna.

La visita a la planta llega después de que el vicepresidente Pence provocara una polémica después de entrar a la reputada Clínica Mayo sin llevar mascarilla, vulnerando así las normas del establecimiento.

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Pence, en un hecho poco habitual en un miembro del gobierno de Trump, reconoció públicamente que se había equivocado. "No pensé que fuera necesario, pero debí haber usado una mascarilla", admitió el domingo.

La Casa Blanca afirma que, como los altos cargos y sus invitados se someten habitualmente a pruebas para el coronavirus, no necesitan usar mascarillas. (I)