El analista Omar Maluk afirmó ayer a este Diario que la curva de contagios (de coronavirus) en el país llegó al pico como fecha promedio entre el 20 y 21 de abril y que actualmente estamos estables en la cima.

Dice que habrá contados casos que seguirán apareciendo, como por ejemplo uno en Guayas el 1 de mayo y en el resto del país ninguno, esto según la información proporcionada este domingo 3 por el Comité de Operaciones de Emergencia nacional, a base de la fecha de síntomas.

"Algunos cantones han tenido rebrotes entre 1 y 21 casos en algunos días, pero que pueden ser controlados por focalización, centro epidemiológico y rastreo de sintomáticos", refirió el analista Maluk.

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La situación actual del comportamiento de la curva de contagios en el país, la comparó a la de un avión que vuela horizontalmente y que "se moverá algo hacia arriba variando el fenómeno natural, dentro de un rango tolerable y controlable".

Además, destacó que “si consideramos los fallecidos, recuperados y altas hospitalarias y epidemiológicas estamos en la mitad de la curva que viene cayendo 50 %”.

Es enfático al señalar que “debemos convivir con la realidad de que va a seguir habiendo casos y no podernos evitarlo. Tener un rebrote de 10, 12, 15 casos no significa declararse incompetente para controlarlo”.

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Maluk afirma que “cuando entramos al toque de queda (el 17 de marzo) vino la amortiguación de la curva; en Quito pasó de exponencial a lineal y en Guayaquil se quedó en exponencial unos 15 días más. La explicación científica (de lo que pasó en Guayaquil) es que mandaron a mucha gente contagiada a su casa, unos 2200 que no sabían que estaban contagiados porque sus resultados han tenido 20 días de rezago y la tasa aumentó porque estuvieron más en contacto con sus familiares. Estas personas cuando trataron de buscar auxilio ya fue tarde”, señaló.

Destaca que hubo un problema de logística en Guayaquil en la última semana de marzo y en la primera quincena de abril, que derivó en el aumento exponencial de contagiados y de fallecidos en los domicilios, "por la falta de un laboratorio al tener que enviar las muestras a Quito; porque al Gobierno obligar a que los cuerpos sean cremados, esto colapsó el sistema de cremación; y porque no había quién recoja los cadáveres en los hogares de las familias que no podían cubrir los gastos de la cremación". (I)