Empresas del sector textil, cuyos locales están cerrados por la emergencia, han incursionado en la elaboración de prendas sanitarias de protección. Unas están realizando ventas online, con entregas a domicilio.

Pinto introdujo una línea sanitaria por COVID-19 en el que tiene buffs, tapabocas, cubrezapatos, overoles, camisetas antifluidos, entre otros. Estos productos los vende en su web y hace entrega a domicilios.

Dentro de los cubrebocas, vende paquetes de 3 unidades que van desde los $ 7,99. Estas mascarillas se elaboran con tela tafetán en el exterior (100 % poliéster, tejido plano con tecnología antifluido, antibacterial y antiestática). El forro interno es de tela jersey 100 % algodón que es suave al tacto y antialergénica, según la empresa.

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Bassil comercializa una línea bioseguridad que incluye trajes y mascarillas. En la rama de trajes tiene seis opciones desde los $20 hechas con tejido antifluido y tela quirúrgica antifluido.

Mientras que en el segmento de mascarillas con protector cuenta con opciones desde $12. En su portal web incluye siete ítems, por unidad y cajas. Esta firma tiene la opción de hacer compras online.

La falta de mascarillas quirúrgicas en el mercado también ha impulsado a pequeños emprendimientos a fabricar tapabocas artesanales.

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Como sus pedidos de costura bajaron, Kerly Ortiz encontró en la elaboración de mascarillas una forma de generar un sustento en estas semanas.

“Ya estábamos desesperando sin ingresos, porque el trabajo que realizamos era confección y eso bajó, así que hicimos mascarillas”, dice Ortiz.

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Los tapabocas que realiza se elaboran con tela antifluidos y llevan una especie de visor de acetato. Las vende a 2 dólares. También hace un modelo sencillo a $1,25.

Ortiz cuenta que su esposo y su hermana la ayudan en la elaboración ante el aumento de los pedidos que comenzaron a crecer en su barrio cuando colocó los diseños de sus mascarillas en su perfil de WhatsApp.

Ella ha vendido cerca de 80 mascarillas en los alrededores de su taller del sector de Monte Sinaí, en el noroeste.

La diseñadora Alejandra Correa, que tiene un emprendimiento de indumentaria médica, agregó a su línea de negocio las mascarillas. Comenzó con pequeños pedidos y donaciones que realizó a personal médico, policías y barrios.

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Sus mascarrillas, señala, tienen triple capa de protección. Las telas antifluidos que usa repelen los líquidos.

Como ella es diseñadora ha tratado de establecer varios modelos con coloridas aplicaciones bajo la marca Koralú. Las venden en redes sociales a 4 y 5 dólares. Emplea a unas cinco personas entre operarias y repartidores. (I)