La superintendenta de Bancos, Ruth Arregui, busca impulsar la inclusión financiera a través de fondos concursables. Para ello requiere que el Ministerio de Finanzas entregue al ente de control todos los recursos provenientes de la contribución de entidades financieras que por ley le corresponden.

Hasta ahora solo se les da un porcentaje menor. Explica que los índices de inclusión financiera son muy bajos y que deben mejorar; asegura que sí hubo iniciativas antes, pero que no han sido eficaces.

¿De dónde salen los fondos concursables y a quién están dirigidos?

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Para financiar el presupuesto de la Superintendencia se cuenta con las contribuciones de la banca. Es un porcentaje de los activos de la banca y estos dineros van para el control y supervisión. En 2019 fueron de $78 millones, este año podría haber un poquito más. Hemos pensado que si nos apretamos el cinturón podríamos dejar un margen entre nuestras necesidades de financiamiento (unos $50 millones) y que $25 millones vayan a un fideicomiso. Se debe constituir un comité para canalizar los recursos, presidido por la Superintendencia, y con delegados de Asobanca y Presidencia.

¿Ya tienen los recursos?

Estos entran a la Cuenta Única y sí nos ha entregado el ministerio, pero con techos. Así han venido trabajando todos los años, desde que se creó el Código Monetario. En realidad los recursos de contribuciones de la banca no son para el gasto público, sino exclusivamente para supervisión y control de las instituciones financieras.

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De los $78 millones, ¿cuánto les dieron en 2019?

Nos dieron $21 millones. Es importante anotar que tenemos debilidades enormes. Por ello le hicimos la consulta a la Procuraduría que ya se pronunció. Dijo que los recursos de las contribuciones de la banca son para el financiamiento de la Superintendencia y por ello le hemos pedido al ministerio.

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¿A qué proyectos irán destinados estos fondos?

Proyectos para ampliar la cobertura y el acceso y nuevos productos y servicios, impulsar educación financiera y la protección al consumidor. Por ejemplo, hay regiones del país desatendidas en este tipo de temas como la Amazonía y la región Insular.

¿Por qué financiar esto con dineros del Estado si es tarea de los bancos?

El problema es que no hay incentivos de rentabilidad y está comprobado que una forma de aliviar la pobreza es permitir el acceso a productos y servicios financieros. Siempre se ha dicho que una manera de apoyo a la inclusión financiera era darles microcréditos. Pero esto es iniciarles con deudas. Primero hay que darles medios de pago, enseñarles a ahorrar... Otros incentivos que queremos con los fondos concursables son sobre asistencia técnica. Proponemos un maridaje de asistencia técnica integrada para microempresarios que junte sociedad civil, sector productivo y academia.

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¿Qué cosas se hicieron, pero resultaron ineficientes?

La famosa billetera electrónica debió salir en 2012 o 2013, cuando nosotros la llevamos con el BCE. No se dio y se atrasó el proceso, recién salió en octubre del 2019. Pero ahora ya no tendría el mismo impacto en la población, pues ya existen otras opciones como banca on line.

¿Piensa que la nueva billetera electrónica no mejorará la bancarización?

Creo que sí. Esto, sobre todo, si logramos atarla a una cuenta básica –que tiene menores requisitos de apertura– porque justo está diseñada para personas de menores recursos. Incluso para personas que pueden recibir subsidios. Se puede canalizar para que los recursos se puedan manejar en la billetera.

¿Hay un proyecto para ello?

Estamos trabajando en un convenio con el MIES, para facilitar el diseño de transferencias de los bonos. Tenemos avanzado el convenio, pero aún no lo hemos suscrito. No es exclusivo para la billetera móvil. Se puede hacer un una tarjeta de débito y se logra mayor transparencia en distribuir esos subsidios.

¿Cómo avanza la nueva propuesta del Código Monetario?

Está planificado que durante el primer trimestre se recojan nuevamente propuestas de diversas instituciones en una mesa técnica e integrarlas un solo texto.

Fondos concursables van a proyectos que mejoran el acceso y creación de nuevos servicios y productos financieros y también asistencia técnica para microempresarios”.Ruth Arregui, superintendenta de Bancos

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