Aunque el conflicto entre EE. UU. e Irán parece estar desescalando luego de varios días de mantener al mundo expectante tras haberse avivado con la muerte del general iraní Qasem Soleimani, la incertidumbre persiste, al igual que el temor al aumento del terrorismo bajo la incidencia iraní no solo en Medio Oriente, sino también en el mundo, coinciden tres analistas ecuatorianos entrevistados por EL UNIVERSO.

“En un mediano o largo plazo puede haber acciones que no necesariamente están dentro de un enfrentamiento directo sino de tipo terrorista en distintas partes del mundo”, dice Bertha García, directora del Programa Democracia, Seguridad y Defensa de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

“Las milicias, grupos paramilitares que tienen vinculaciones con la estrategia iraní, como Hizbulá u otros presentes en Medio Oriente, han hecho nexos con América Latina, no directamente pero en actividades o articulaciones. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia o el Ejército de Liberación Nacional, que mantienen operaciones en Venezuela”, son un ejemplo, agrega.

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Con García coincide Santiago Basabe, profesor de Ciencias Políticas de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), quien dice que el Gobierno iraní tiene cercanía con países como Venezuela y Nicaragua, que “claramente se alinearon con políticas iraníes y recibieron visitas oficiales”, al igual que en su momento Ecuador, con el gobierno de Rafael Correa.

La muerte de un estratega como Soleimani, el poder militar de ambos países, la imprevisibilidad del accionar del presidente estadounidense, Donald Trump, y el alejamiento de Irán del pacto nuclear dejan en jaque a la situación que, pese a no elevarse a un conflicto oficial, puede quedarse sin solución por largo tiempo.

“Estados Unidos y el mundo occidental completamente se enfrentarían a Irán que tiene avanzadas instalaciones para tratamiento del uranio radiactivo... hasta ahora lo que se conoce que tiene es de informes que ha hecho la ONU”, dice García y agrega que ante su separación del Acuerdo Nuclear de 2015, firmado con países de Europa y EE.UU, no se podrá verificar los avances del país y la incertidumbre sobre su capacidad armamentista aumentará.

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Medio Oriente es de por si una zona conflictiva por la presencia de Israel y de Arabia Saudita, contrarios a Irán y bajo la situación de que el poder político de Irán e Irak está en manos de los chiitas, los países coloniales como Francia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y todos con los que tenía vínculos históricos la región pueden ser blancos de ataque, pese ha haberse mostrado como los mediadores, coinciden los analistas.

“La paz está pendiendo de un hilo, parece que existe la sensatez para superar esto, pero cualquier incidente puede ocurrir, siempre hay peligro”, advierte el analista internacional Mauricio Gándara.

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De darse un conflicto, una de las principales repercusiones que dejaría, al menos en Ecuador, sería en exportaciones de productos como camarón y banano, que “tendrán que pagar costos más altos no solo por el encarecimiento del petróleo, sino por el aumento de costos en cuanto a seguros en los viajes”, apunta Gándara.

A diferencia de lo que se cree, el impacto al precio del petróleo se daría sobre todo en miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo por ser la encargada de la producción, “pero como Ecuador acaba de salir de la organización la repercusión no sería tan notoria”, refiere Basabe.

Otro de los focos sería el temor que crecería en la población en el mundo a los vuelos comerciales por el miedo a una alta posibilidad de atentados, indica Gándara y enfatiza que, precisamente, ya deja un precedente el accidente del avión ucraniano en Teherán, en el que murieron 176 ocupantes, y que tras la presión internacional Irán admitió que lo derribó por error, el día que atacó contra bases militares iraquíes utilizadas por tropas de EE. UU.

Basabe dice que gente de diferentes sectores ha asumido que el enfrentamiento con Irán es una estrategia de Trump de cara a condicionar las elecciones, en las que buscará un segundo mandato, al igual que para disipar la atención en el juicio político que enfrenta.

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“Los conflictos internacionales y repeler una agresión internacional tienen efecto positivo sobre la tasa de aprobación de los presidentes en la población”, opina Basabe. (I)