El indulto presidencial benefició a privados de libertad de Tulcán que estaban afrontando penas por el delito de contrabando de combustibles subsidiados en Ecuador.

Ocho personas, entre ellas seis ecuatorianos y dos colombianos, obtuvieron la libertad con base en esa figura.

Ellos estaban recluidos en el Centro de Rehabilitación Social de Tulcán por el delito de contrabando de combustible, que iba a ser transportado a poblaciones colombianas asentadas en la frontera.

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Con el indulto ya se ha favorecido a medio centenar de personas que se dedican a esta actividad ilegal. Y no solo otorga el perdón de la pena privativa de la libertad, sino la multa impuesta por la Unidad Judicial Penal de Tulcán.

En los exteriores del reclusorio, previamente a la salida de los privados, familiares los esperaban ansiosos y emocionados con globos blancos y carteles, en los que agradecían al régimen por este beneficio.

“Agradecemos al presidente Lenín Moreno por esta alegría que nos brinda a ocho familias. Muchas bendiciones y gracias por el indulto”, rezaba en una de las cartulinas exhibidas por los parientes de los liberados.

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Una vez que se reencontraron hubo abrazos y lágrimas. Jefferson Yapud, uno de los indultados, aseguró que fue un error lo que hizo y que aspira a reanudar su vida laboral en actividades lícitas.

Familiares de beneficiarios indicaron que se ven forzados a “trabajar” en estas labores debido a la falta de oportunidades de trabajo en la frontera. Entre los que obtuvieron libertad están Edwin España, Santiago Córdova, Raúl Chalial, Javier Almeida, Lizandro Castillo, Marcelo Tates, Hugo Bastidas y Jefferson Yapud.

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El delito de contrabando es algo que no se ha podido erradicar en las fronteras. El diferencial cambiario, los precios favorables del diésel y la gasolina extra en territorio ecuatoriano, y la escasez de los derivados durante la última semana de cada mes en las poblaciones fronterizas del suroccidente colombiano debido al sistema de comercialización por cupos, estimulan esta actividad ilegal.

Los contrabandistas utilizan carros antiguos que los adquieren en dos y tres mil dólares a los que les adaptan tanques adicionales en los que cargan hasta $50 de diésel o gasolina que son movilizados a Ipiales o a 20 municipios fronterizos colombianos donde los expenden, burlando los controles policiales de los dos países.

En el vecino país, la gasolina corriente alcanza un valor aproximado de $2,35 es decir, un dólar más que en Ecuador.

Javier Villarreal, director de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero, en la zona norte, explicó que han restringido la venta de combustibles en Carchi. En las estaciones de Tulcán está autorizado vender a vehículos livianos un cupo de $15 y a camiones y tráileres $150 con guía.

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Gasolineras

En las 12 estaciones existentes se disminuyó el expendio de gasolina extra en 6895 galones diarios y de diésel en 17 282, según las autoridades. Los surtidores cuentan con cámaras de videovigilancia y están supervisados por funcionarios de la ARCH y efectivos de la Unidad de Delitos Hidrocarburíferos de la Policía Nacional que hacen seguimientos y operativos. (I)