Una densa mezcla de humo y contaminación envolvió la ciudad más poblada del país y apenas dejaba ver su emblemático perfil, dos días después de que la calidad del aire empezara a ser preocupante.

Una dañina humareda cubría Sydney el jueves mientras los incendios forestales ardían en el este y el sur de Australia.

El humo provenía de unos 50 incendios forestales, la mayoría en el norte del estado, indicó el Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur. Los niveles de contaminación eran casi 10 veces superiores al estándar nacional.

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Cuatro personas ya han perdido la vida y 300 viviendas han sido pasto de las llamas que han arrasado más de un millón de hectáreas en el borde costero en los últimos días.

La policía informó que el hombre de 51 años fue acusado de iniciar intencionalmente los incendios al prender un fuego en la localidad de Ebor en el Nueva Gales del Sur en un intento de proteger su cultivo de cannabis.

Todo empezó con un supuesto fuego el jueves para quemar matojos - una práctica utilizada por los bomberos para limpiar el suelo que alimenta los incendios y rápidamente se propagaron las llamas. 

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Según la policía el hombre no hizo nada para tratar de apagar el fuego.

El incendio de Ebor afecta a una superfice de unas 10.000 hectáreas y sigue ardiendo tres días más tarde.

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Las autoridades creen que pirómanos están detrás de otros incendios tanto en Nueva Gales del Sur como en la vecina Queensland, y han pedido a la población ayuda para tratar detener a más culpables.

Sequía adelantada

El domingo había 130 incendios activos en los dos estados, atizados por la gran sequía que aqueja al país.

La temporada anual de incendios suele tocar techo en el verano austral, pero este año se ha adelantado tras un invierno inusualmente cálido y seco.

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Se recomendó a la gente con problemas respiratorios o de corazón que se quedaran bajo techo y pidiera atención médica cuando fuera necesario.

Mientras tanto, el riesgo por los incendios se extendió y las autoridades declararon un alto riesgo en zonas del estado de Victoria, al sur. Es la primera vez en una década que se declaran un Código Rojo en Victoria, el nivel más alto de riesgo, y una prohibición a encender fuego en todo el estado. (I)