Minutos después del despegue del vuelo 1549 desde el aeropuerto LaGuardia (Estados Unidos), el piloto Chesley Sullenberger reportó una emergencia a la torre de control en 2009. Al Airbus 320 le comenzaron a fallar los motores tras ser impactado por una bandada de gansos que se incrustaron, esto le hizo perder potencia y precipitarse al río Hudson. Esta historia quedó plasmada en la película Sully de Clint Eastwood que se estrenó en 2016.

Estos incidentes son comunes en la aviación y no tan terroríficos como parecen, aunque según Bird Strike Committee desde 1988 han muerto alrededor de 250 personas por ataques de vida silvestre. También depende la altura en la que se encuentre el avión ya que lo habitual es que se den en las tareas de despegue o aterrizaje:. La mayoría de impactos se dan a menos de los 500 pies de altura.

¿La solución es poner alguna rejilla o malla protectora? El youtuber y piloto Mentour Pilot precisa que no lo es ya que lo único que hará es aumentar la resistencia aerodinámica y disminuirá la cantidad de aire al motor. Esto a su vez deriva a un consumo mayor de combustible, lo que la aerolíneas no quieren llegar a hacer.

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Si igual se instala la malla también será contraproducente porque las aves se quedarán en la malla y obstruirán el paso de aire o si llegan a romperla los pedazos de metal podrían dañar el motor de igual forma.

La aviación ha tomado precauciones para disminuir los riesgos del impacto de aves en los motores, es por esto que se hacen pruebas para determinar la resistencia de las turbinas. Lo normal es que las aspas acaben con el ave antes de comprometer el motor, pero hay ocasiones donde no pasa eso, por lo cual otra opción que tienen las aeronaves es volar con un solo motor lo que les permitirá hacer un aterrizaje de emergencia. (I)