Habitantes de la 28 y O’Connor, sitio que colinda con un reducido parque infantil y la punta del estero Mogollón, están inquietos ante la inseguridad que afecta al sector.

Según los moradores, la falta de iluminación del pequeño parque lineal, ubicado justo en la punta donde termina el estero Mogollón, y donde solo hay un juego, lo hace proclive a los asaltos y a la presencia de consumidores de droga.

Carlos León, uno de los moradores, dijo que la gente vive en zozobra ante la inseguridad. Él cree que una solución sería quitar el pequeño parque que fue construido durante el gobierno de Rafael Correa.

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Los moradores señalaron que en el parque y en las riberas del estero se reúnen los consumidores de heroína, quienes aprovechan la inseguridad para delinquir.

“Aquí hay un parque que no es necesario porque solamente es para los fumones que son los que pasan día y noche. Jamás los niños juegan ahí, no vale para eso”, aseguró León, quien lleva viviendo 50 años en ese sector de la ciudad.

Consideró que pavimentado el lugar para que sea transitable, con luminarias, policías y cámaras de seguridad, el sitio será más seguro.

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Contrario a lo que dijo León, Maricela, también habitante del sector, no es partícipe de quitar el parque, sino que se asuman correctivos.

“Yo no estoy de acuerdo en que lo cierren... lo que a nosotros nos agobia son los consumidores de heroína que se ubican en el parque, ahorita está vacío pero esto suele estar lleno (de consumidores), no solo de gente del sector, sino de otros lugares”, dijo.

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Otros moradores creen que allí hay que hacer algo para acabar con la problemática.

Xavier Salgado, director de la organización ecológica Medio Ambiente Sustentable, llegó a la 28 y O’Connor para presentarles un planteamiento a los moradores, que incluye al parque lineal, y que está contemplado dentro del proyecto Guayaquil Ecológico.

El proyecto incluye una minga de esta parte del estero Mogollón y de sus riberas, que reciben las descargas de desechos del mercado, según las denuncias de los propios moradores. Eso, dijeron, es motivo de insalubridad y de contaminación para los habitantes.

La empresa Visolit está encargada de la limpieza del estero, de donde saca un promedio diario de 300 y 400 sacos de basura, es decir, unos cuatro kilos por saco, explicó Juan Falconí, de la empresa.

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El problema, según Miguel Precilla, es que luego de que Visolit realiza la limpieza todos los días, llegan personas de otros sectores a dejar basura.

También van del mercado, y los consumidores de droga botan las tarrinas con restos de comida.

El proyecto de Salgado consiste en descontaminar el estero utilizando una alternativa ecológica para luego oxigenarlo con nitrógeno, explicó.

Se espera mantener una primera asamblea con la comunidad, realizar una minga para viabilizar la propuesta con el Ministerio del Ambiente y el Municipio de Guayaquil y poder ejecutar la obra.

Cuando hay aguaje, la marea sube más de la cota normal, y una parte de la basura acumulada se queda flotando en la zona del estero. (I)