Lo mejor de la cocina manabita se expuso durante este feriado en el parque Las Vegas de Portoviejo, que recientemente entró a  la lista de Ciudades Creativas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Allí, decenas de locales expusieron platillos típicos de la provincia.

Daniel García  degustó la cazuela de mariscos que elaboró y vendió Ángela Meza, oriunda de la parroquia Crucita. “No solo que se la hace en carbón, el detalle es que se la sirve en recipientes de barro, que muy poco se utilizan, y sumado a la mezcla de mariscos,  es inigualable”, dijo García.

El plato que elaboró Meza tenía camarón, pescado, langosta y calamar pequeño, que en algunos de los casos se lo escoge en el sector de La Boca de Crucita.

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Narcisa Bermello vendió decenas de platos de hornado de cabeza de chancho, una delicia que elabora hace 24 años. Ella dedica diariamente ocho horas de cocción, para luego expender este plato en su local denominado Patricia, ubicado en Quito y Gabriela Mistral en pleno centro de Portoviejo.

En otros locales se expendieron empanadas, seco y caldo de gallina criolla, tongas, acompañados de jugos de tamarindo y naranja.

Para Javier Pincay, concejal rural de Portoviejo, el reconocimiento recibido el pasado miércoles por parte de la Unesco ratifica la potencia gastronómica que tiene la ciudad en el contexto nacional.

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Cada año, las parroquias de Portoviejo organizan festivales gastronómicos. Así por ejemplo, Crucita realiza el del cebiche de mariscos; Riochico,  el del cebiche de pinchagua; Alhajuela, de la empanada; San Plácido,  de la tonga de gallina criolla; Pueblo Nuevo, el del seco de gallina; Chirijos, con caldo de gallina criolla; y Abdón Calderón, el de la morcilla.

El festival entrega anualmente premios económicos a los ganadores. (I)