¿De qué está hecha la ropa que usas?, ¿cuántos recursos se gastan en su fabricación y distribución?, ¿cuál es el impacto ambiental de cada prenda? Estas son preguntas que deben estar presentes al momento de salir de compras. 

La industria de la moda es enorme y compleja. Hay materias primas vegetales, artificiales y sintéticas, utiliza grandes cantidades de agua, energía y químicos para el blanqueo o pigmentación de las prendas. La huella de carbono crece aún más si se consideran los gastos de transporte y la degradación cuando se convierte en desecho. 

De acuerdo a un informe de Greenpeace, de 2017, cada persona compra, en promedio, 60% más artículos de ropa que hace 15 años y los conserva la mitad del tiempo. Es decir, ahora se compra mucha más ropa que antes y se la bota mucho más rápido. Y como si fuese poco desperdicio, el estudio indica que el 40% de esa ropa casi nunca o nunca se llega a utilizar. Las personas tienen sus armarios llenos de ropa que casi no usan.

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Millones de toneladas de ropa terminan en botaderos de basura o en los océanos. Los químicos de los textiles y de los estampados o cualquier otra pigmentación amenazan la salud de la tierra y de las aguas subterráneas, de acuerdo a diferentes alertas emitidas por organismos de protección ambiental. 

Toma conciencia

Se deben considerar diferentes aspectos. Usar fibras naturales como como algodón, lino, yute, cáñamo, ramio y de animales como lana o seda puede parecer a primera vista más amigable con el ambiente; sin embargo, la producción de algodón ha recibido diversas críticas por el uso de pesticidas y herbicidas contaminantes, así como el uso de enormes cantidades de agua para el riego de dichos cultivos. 

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Mientras el consumo de prendas de lana o seda involucra a animales, hecho por el cual diferentes comunidades no lo consideran ético. Ante esta situación, poco a poco se crean cultivos de algodón orgánico y manejo responsable de los derivados de animales. Por ejemplo, en países donde la caza de vicuñas se permite usar la piel y lana del animal cuando este muere de manera natural. Ciertas marcas mantienen certificaciones relacionadas a su huella de carbono, materia prima de fuentes sustentables, manejo de desechos, comercio justo, entre otras garantías que ayudan al consumidor a tomar conciencia de sus compras. 

Hay también fibras artificiales obtenidas a partir de la transformación de materia prima natural, que derivan de la celulosa y de la caseína. En este grupo entran materiales conocidos como rayón, acetato, triacetato y modal. El blanqueo, tinte y acabado de estos textiles deja altas huellas en el ambiente. Aunque la mayor contaminación podría ser causada por las fibras sintéticas como, por ejemplo: poliéster, poliamidas, poliacrílicas y poliolefina, pues para su fabricación se usa petróleo, intenso gasto energético, de agua y otros químicos se liberan en el ambiente y pueden continuar contaminando incluso cuando la ropa se desecha. 

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Como se ha repetido en este espacio EcoUniverso, cada acción tiene un impacto ambiental. Informarse y tener presente esta información ayuda a tomar decisiones más responsables con el ambiente. 

Pasa a la acción

  • ¡Usa lo que ya tienes! Para ser amigable con el planeta no tienes que salir a comprar cosas nuevas con el sello ambiental y botar lo que ya tienes. Eso va en contra de la reutilización y la optimización de los recursos. Usa lo que ya tienes y presta atención a tus próximas compras. 
  • Revisa tu armario. Como Marie Kondo recomienda: saca todo lo que tengas en él y luego elige solo aquello que realmente usas y quieres conservar. Seguramente encuentras vestidos, blusas, pantalones, sacos, abrigos y demás que ya no te queda, que "pasó de moda", que lo guardaste para una ocasión que nunca llegó o que simplemente ya no te gusta o no te pones porque ni te acordabas de esa prenda. ¡Ni te acordabas! Por favor, dile adiós a la acumulación y dale una nueva vida a esos objetos. 
  • Ordena. Con tu armario más holgado, puedes apreciar mejor lo que ya tienes. No se trata de hacer espacio para comprar más. No. No. No.
  • Adapta. De pronto tienes blusas que ya cumplieron su vida útil pero podrían convertirse en una funda de tela para las compras o cualquier otro objeto funcional. Algún pantalón se puede convertir en short o alguna falda se puede transformar en bolso. Hay cientos de posibilidades.  
  • Intercambia, dona o vende. Puedes también juntar algunas prendas en buen estado y donarlas a personas que las necesiten u organizaciones de ayuda social. Si además de cuidar el ambiente buscas ingresos extra, tiendas como Hallados, en Guayaquil, reciben ropa, zapatos y accesorios usados, los exhiben en sus almacenes y la ganancia se divide al 50%. También puedes participar en los conocidos 'mercados de pulgas' o ferias donde se practica el trueque.
  • Compra local. Cuando adquieres productos hechos en tu país, evitas el impacto ambiental de la transportación. Los productos elaborados de manera más artesanal disminuyen también su impacto al no usar grandes maquinarias o producción en masa. En Ecuador, algunas marcas eligen importar algodón orgánico y confeccionar ropa con dicha materia prima; otras buscan fibras naturales de fuentes sustentables y usan tintes naturales para reducir la huella ambiental. 
  • Mira las etiquetas. Prefiere los productos con certificaciones de responsabilidad ambiental. Algunas marcas han creado colecciones biodegradables o con telas a partir de plástico reciclado u otros productos ecoamigables. 
  • Pide. Si te es posible, inicia o participa de acciones para exigir a las marcas que transparenten su información y pide a los gobiernos o tomadores de decisiones que se involucren para que las industrias lleven prácticas sustentables. 

Crea el hábito

Empieza poco a poco. A poco tiempo de terminar el año, es un buen momento para limpiar el clóset y crear nuevos propósitos. Cada vez que pienses en comprar ropa nueva, piensa si realmente la necesitas, cuánto la vas a usar y si no te es posible adaptar otra prenda que ya tengas o intercambiarla con alguien.  

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Es más fácil de lo que crees, vamos a convertir nuestro universo, en un EcoUniverso. (F)