A partir de hoy, el Gobierno estadounidense aplicará aranceles del 15% a 112.000 millones de dólares en importaciones chinas, las cuales incluyen artículos que van desde relojes y teléfonos inteligentes y televisores hasta zapatos, pañales, equipos deportivos y productos lácteos y cárnicos.

Por primera vez desde que Trump inició su guerra comercial, los estadounidenses enfrentan la posibilidad de aumentos de precios porque muchas compañías dicen que se verán obligadas a transferirles a los consumidores los incrementos que pagarán para adquirir bienes chinos.

Hasta ahora los consumidores estadounidenses no han sentido de manera fuerte las consecuencias del problema porque el gobierno de Trump había dejado a la mayoría de los productos de uso diario en el hogar fuera de la lista de aranceles y se enfocó en los productos industriales. Pero eso debe cambiar hoy, ya que el 69% de los bienes de consumo que los estadounidenses adquieren de China enfrentarán impuestos de importación, en comparación con el 29% previo.

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Durante más de un año, las dos mayores economías del mundo han estado enfrascadas en un duelo de aranceles. Más de 250.000 millones de los 540.000 millones de dólares importados el año pasado han sido castigados hasta ahora con aranceles adicionales. Pekín debería replicar con un aumento de sus aranceles a bienes estadounidenses valorados en 75.000 millones de dólares.

Cientos de empresas y cámaras profesionales estadounidenses han exhortado a la Casa Blanca a evitar la imposición de los nuevos aranceles. Afirmaron que eso puede destruir el empleo y el consumo de los estadounidenses. En EE.UU. el consumo genera el 75% del crecimiento del PIB.

Ambos países han sostenido conversaciones periódicas en las que aparentemente se logra poco a pesar de destellos de posibles avances sustanciales.

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Otra preocupación es que si no hay acuerdo el 15 de diciembre comenzarán a aplicarse aranceles más elevados a otra serie de productos chinos valorados en $ 160.000 millones. Para entonces, casi el 99% de bienes de consumo fabricados en China e importados a EE.UU. pagarían aranceles, según el Instituto Peterson. (I)