Amador Flores, de 70 años, se sumó la noche del lunes a la huelga de hambre de maestros jubilados que iniciaron en Guayaquil en demanda del pago en efectivo de sus incentivos y no en bonos.

Flores dice que acudió a la plaza Rocafuerte, en el centro, para solidarizarse con los huelguistas y en ese momento decidió también sumarse junto con otros siete maestros jubilados.

Acostado sobre un colchón y bajo la carpa, instalada en la plaza para proteger a los huelguistas del clima, cuenta que en el 2009, luego de 41 años en el magisterio, recibió solo una parte de sus incentivos, pero aún espera el resto de su compensación.

Publicidad

A poca distancia sus compañeros de huelga reciben el apoyo de los transeúntes, algunos que de manera voluntaria, les entregan alguna donación como agua, suero oral, sábanas, sustagen (complemento nutricional).

En la avenida 9 de Octubre, cerca de los huelguistas, permanece una unidad móvil del Ministerio de Salud. Cerca de las 10:15 personal médico inició el chequeo de los huelguistas. (I)