Los reclamos por pagos de incentivos por parte de jubilados en todo el país continuaron el martes. En Quito, Guayaquil y Cuenca se dieron protestas por la falta de pago de al menos $ 350 millones contemplados en el presupuesto de este año.

En la capital, donde varios ancianos cumplieron una semana en huelga de hambre, uno de los participantes fue trasladado en ambulancia a un hospital, debido a un quebranto en su salud.

Este panorama se vivió luego de que jubilados, asambleístas y el ministro de Economía, Richard Martínez, buscaron el lunes, sin éxito, una salida al conflicto generado por la falta de pago de incentivos jubilares, que se arrastra desde el 2008.

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El asambleísta Homero Castanier (CREO), quien participó en la reunión, que habría durado al menos cuatro horas, explicó que hubo puntos de acuerdo, pero dos temas no cuajaron entre los jubilados.

El primer tema conflictivo fue que el Gobierno se ratificó en que de los $ 350 millones presupuestados, el 60% se pagaría con bonos.

Castanier dijo que el problema está en que los jubilados tienen incertidumbre sobre dichos bonos, ya que ni siquiera han sido colocados aún y no se conoce cuál será su aceptación en el mercado o el castigo que reciban en una eventual negociación. Comentó que posiblemente se podrían poner en el mercado este jueves.

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Tampoco convenció la propuesta de crear una ley para que la ciudadanía contribuya por una única vez con recursos para levantar los dineros necesarios para cubrir este incentivo. Según Castanier, el problema es que los jubilados no tienen garantía de que la propuesta se llegaría a cumplir.

Por otra parte, durante la reunión también se habló de la posibilidad de pagar $ 110 millones en efectivo a un grupo prioritario (mayores de 70 años, con discapacidad o enfermedades catastróficas), pero de manera prorrateada, en cuatro partes. Esto para que el pago llegue al mismo tiempo a todos los beneficiarios.

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Entre tanto, el martes en Cuenca, un grupo de exprofesores se enteró de que Martínez llegaba a la ciudad para dictar una charla en un evento organizado por la Cámara de Industrias, y fueron a verlo. Ellos querían una explicación sobre el pago de los incentivos, pero un grupo de policías armados les impidió el paso. Estos maestros dijeron sentirse burlados por la autoridad porque no se dio un tiempo para explicarles sobre el acuerdo del incentivo.

José Ochoa, vocero de los docentes jubilados en Azuay, advirtió que ante la falta de atención del Gobierno analizan realizar una huelga de hambre similar a la de Quito, pues es la única medida que podría tener efectividad.

En tanto, en Guayaquil, un grupo de maestros jubilados cerró momentáneamente la circulación vehicular en la avenida Francisco de Orellana, al pie del Gobierno Zonal. Así se solidarizaron con los jubilados en huelga de hambre.

“Nuestra huelga de hambre no es para que nos tengan lástima, es la más alta expresión de lucha pacífica”, dijo ayer Manuel Antón, quien participó del plantón y crucifixión simbólica, organizados por la Coordinadora Provincial de Maestros Jubilados del Guayas.

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En Quito, los diálogos entre Finanzas, jubilados y Asamblea continuarían la tarde de ayer, según Castanier. 

En tanto, el ministro del Trabajo, Andrés Madero, defendió el martes la actuación del Gobierno frente a la problemática de los jubilados. Explicó que se han pagado ya $ 700 millones por incentivos y que para este año están planificados $ 350 millones. Reconoció que hay jubilados que tienen haberes pendientes. Sobre una posible ley a fin de que la ciudadanía contribuya para este pago, dijo que el tema le atañe al Ministerio de Finanzas. (I)