Este 2 de julio se producirá un eclipse solar parcial que será visible desde Ecuador. El fenómeno natural llama la atención ciudadana, pero es preciso tener cuidados para evitar dañar los ojos.

La principal recomendación es nunca observar el sol directamente. Así lo recalca Karla Aguirre, optómetra de Óptica Los Andes, quien explica que se deben tomar algunas precauciones para evitar lesiones graves en la retina del ojo, como quemaduras de los tejidos externos de los ojos, daños a la retina.

“Muchas personas piensan que basta con usar un papel de radiografía o algo oscuro para observar un eclipse, sin embargo, esos son los errores más comunes que se cometen”, agrega.

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Se verá parcialmente desde Ecuador

La duración máxima del eclipse será de 4 minutos y 33 segundos. Un 29 % del disco solar se observará oculto desde Quito. El inicio del eclipse será a las 14:36, mientras que el máximo del eclipse será a las 15:35 y finalizará a las 16:27 (hora de Ecuador). El grado de ocultamiento será mayor en ciudades del sur ecuatoriano, en Loja por ejemplo será de un 42 %, detalla el Observatorio Astronómico de la Politécnica de Ecuador.

La observación del eclipse puede realizarse desde cualquier lugar del territorio ecuatoriano.

El eclipse del 2 de julio del 2019 se podrá observar como un eclipse total en Chile y Argentina, donde el Sol se oscurecerá completamente durante cerca de 2.5 minutos.

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1. Recomendaciones para disfrutar del eclipse

La especialista aconseja utilizar los siguientes elementos que pueden ser fabricados de manera casera y en otras ocasiones se pueden conseguir en el mercado:

● Cámara oscura: Se necesita una caja de cartón y una cartulina negra. Dentro de la caja, en cualquier extremo se pegará la cartulina para que toda la luz que ingrese se refleje perfectamente. En el extremo restante se realizará un agujero diminuto, el mismo que deberá estar bien centrado, esto permitirá que la luz se refleje solamente en el color negro de la cartulina.

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● Proyección con binoculares: Estos aparatos son aptos para observar de mejor manera, no obstante no se debe apuntar al sol con los ojos, lo más recomendable es destapar una sola lente lentamente hasta encontrar el punto exacto para mirar.

● Hojas de árboles: También se puede observar a través de las hojas de los árboles. Normalmente los rayos del sol realizan una proyección del disco solar al pasar a través de las hojas de los árboles, durante el eclipse, su paso a paso, o cambios en el disco solar se reflejarán en las mismas.

● Gafas especializadas: Se puede utilizar únicamente lentes que tienen filtros que bloquean totalmente la luz y los rayos ultravioleta, estos filtros deben tener la etiqueta de certificación ISO 12312-2.

2. Lo que no se debe hacer

● Nunca debe observarse el sol directamente, ni con aparatos, ni instrumentos, ni con filtros no homologados, ni con gafas de sol, ni a simple vista.

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● No utilizar filtros caseros no homologados (películas fotográficas veladas, gafas de sol, radiografías, cristales ahumados) debido a que no filtran todas las radiaciones en el factor requerido para no resultar perjudiciales, o no filtran todo el intervalo de longitudes de onda al que fisiológicamente responde el ojo humano (del infrarrojo al ultravioleta).

● No observar nunca la imagen del sol reflejada en un espejo ni en el agua.

3. Riesgos de observar el sol a simple vista durante el eclipse

Durante la observación del eclipse, al haber menor luz ambiental, la pupila no se contrae, penetra más cantidad de luz y se producen las lesiones fotoquímicas. La luz del sol puede provocar daños en la retina aunque no se sientan molestias al mirar al sol. Durante años, se pensó que estos daños eran por lesión térmica, pero se sabe que puede producir diferentes lesiones retinianas por efectos mecánicos, térmicos o fotoquímicos, o una combinación de ellos, detalla la especialista de Óptica Los Andes.

● Los daños mecánicos ocurrirían al exponer a luz muy intensa de forma breve.

● Los daños térmicos (fotocoagulación) resultan de exposiciones intensas, aunque breves que generan un aumento de la temperatura retiniana.

● Los daños fotoquímicos se producen por reacciones fotoquímicas retinianas causadas por la exposición prolongada a la luz, aunque esta sea de menor intensidad. (I)