Por Nicholas Bogel-Burroughs

Las tres hijas adolescentes de Darren O’Brien han sido víctimas de acoso escolar. Afirmó que a las tres las han encerrado en casilleros, a una la han grabado a escondidas y a otra le dijeron que se suicidara.

O’Brien, de 38 años y quien trabaja en una fábrica de papel, comentó que solicitó a los directores, profesores y a un consejero académico de la escuela que buscaran una forma de detener el acoso, pero nada de eso ha servido de mucho.

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Ahora espera que una nueva propuesta de la ciudad de Wisconsin Rapids, Wisconsin, en donde sus hijas asisten a la escuela, contribuya a cortar de raíz el acoso escolar en el distrito, al hacer que los padres paguen multas de 313 dólares si sus hijos acosan a otros.

Craig Broeren, el superintendente de escuelas públicas de Wisconsin Rapids, dijo que les pidió a dos municipios que evaluaran la política respecto al acoso escolar del distrito a finales del año pasado. Sin embargo, la evaluación se volvió una cuestión más urgente en febrero, cuando los mensajes enviados a una alumna de secundaria en los que le decían que se suicidara se divulgaron en línea, lo cual puso al descubierto el acoso escolar en el salón de clases.

Broeren aseguró que no podía hablar de quejas o estudiantes en específico, pero dijo que el distrito toma en serio todos los casos reportados de acoso escolar y está dispuesto a probar cualquier medida que pueda ayudar a abatir este complejo asunto. También afirmó que para hacerlo es necesario que los padres estén conscientes de la conducta de sus hijos y que tomen medidas para cambiarla.

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“Por su propia naturaleza, el acoso escolar no es evidente”, dijo Broeren. “Nadie va por ahí gritando por el pasillo para que puedan oírlo los adultos”.

La ciudad en la región central de Wisconsin no está sola en su estrategia de recurrir a los padres para resolver el problema del acoso escolar, que el 20 por ciento de los estudiantes estadounidenses cuyas edades oscilan entre los 12 y los 18 años sufre anualmente en la escuela, de acuerdo con el Departamento de Educación. Muchos otros municipios de Estados Unidos, y al menos una asamblea estatal, han considerado multar (o incluso encarcelar) a los padres de niños acosadores.

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No obstante, en los lugares en los que esa legislación fue aprobada, rara vez se impone el castigo. Funcionarios locales la han comparado con las leyes sobre ausentismo escolar, pues afirman que tienen un efecto más disuasorio que punitivo. Aun así, algunos críticos dicen que las propuestas de ley podrían resultar contraproducentes y castigar injustamente a los padres por los actos de sus hijos.

Amanda Nickerson, quien dirige el Centro Alberti para la Prevención del Acoso Escolar en la Universidad de Búfalo, dijo que se consideraba escéptica respecto al hecho de que recibir una multa motive repentinamente a los padres a involucrarse para cambiar la conducta del niño. Comentó que la clave para involucrar a los padres consiste en concertar reuniones entre ellos y los profesores para hablar de cómo fomentar la buena conducta, antes de buscar cualquier tipo de penalización.

Aunque Plover, Wisconsin, ha tenido una ordenanza sobre multas por acoso escolar durante varios años, la policía en esa ciudad generalmente emite cartas de advertencia como esta dirigidas a los padres, y todavía no han impuesto la multa a nadie.

Cuando las autoridades multan a los padres a causa del acoso escolar, “se omiten muchas fases entre el castigo y el cambio de conducta en el niño”, dijo Nickerson. Sin esas fases intermedias, “es probable que el padre de familia se moleste y crea que las escuelas o los tribunales son ridículos y exagerados”.

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Una versión más estricta de la legislación pendiente de aprobación en Wisconsin Rapids ya está en vigor en North Tonawanda, Nueva York, cerca de Búfalo. Conforme a esta, los padres pueden recibir una multa de 250 dólares y ser encarcelados hasta quince días si su hijo acosa a alguien en la escuela. Luke Brown, el consejero legal de la ciudad, afirmó que, desde el inicio de la vigencia de la ley en 2017, el Departamento de Policía ha enviado advertencias a un puñado de padres, pero no ha multado ni encarcelado a nadie.

“Espero no llegar jamás a ese punto, pero es bueno contar con una herramienta más”, dijo Brown respecto a la ley. “Antes, los padres sabían que no había repercusiones”.

En Pensilvania, Frank Burns, un representante estatal demócrata, propuso una legislación que multaría hasta con 500 dólares a los padres cuyos hijos siguieran acosando a otros, a pesar de las advertencias y reuniones con autoridades escolares. Comentó que la reacción a la propuesta ha sido variada y el proyecto de ley se ha estancado en un comité.

La legislación de Wisconsin Rapids está sustentada en una propuesta de ley de 2015 que se aprobó en Plover, Wisconsin, ciudad que adoptó una de las primeras leyes que abordan el acoso al hacer responsables a los padres. Desde entonces, la policía de Plover ha enviado poco menos de una decena de cartas de advertencia a padres y nunca ha impuesto la multa de 124 dólares, pero Dan Ault, el jefe del Departamento de Policía de Plover, considera que ese historial es un éxito, pues los oficiales han brindado a las familias los recursos para frenar el acoso escolar.

Si los padres pagan un artículo que un niño rompe en una tienda, también deberían hacerse responsables si su hijo acosa a otros estudiantes, comentó Ault.

“Si sabemos que el acoso es una conducta aprendida, y que las personas más importantes en la vida de un niño son sus padres, ¿dónde está el límite?”, cuestionó. (I)