Los hermanos Marco y Wilson Mullo Chimbolema, originarios de Colta, provincia de Chimborazo, dicen que recorren el país dando a conocer en las ferias de emprendimiento el deseo de recuperar la elaboración de productos con el uso de la totora.

“La totora se la utilizaba desde hace muchos años como alimento para los animales y también para hacer productos artesanales, principalmente se elaboraban esteras que les servían a nuestros antepasados para dormir, porque las colocaban en las camas en vez de colchón, porque brindan más calor y comodidad”, afirma Marco.

Recuerda que en Colta también había panaderos que utilizaban hornos a leña, que por esa razón también hacían canastos grandes de totora para ahí llevar los panes a las ferias.

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Comenta que ahí nació la idea de volver a tejer la totora para confeccionar carteras, abanicos, portavasos, portaservilletas, sillas, así como diversidad de adornos.

Marco destaca que por la contextura de la totora, los productos hechos con ese material son duraderos y agrega que incluso se le puede poner barniz para que los acabados se vean mejores, o pintarlos para volverlos llamativos, al “gusto del cliente”, ya que también trabajan “bajo pedido”.

El artesano señala que parte de los conocimientos para elaborar productos con totora los adquirió en las clases de ecoturismo, como estudiante de la Unidad Educativa Santiago de Quito, pero sostiene que, asimismo, buscaron la asesoría de adultos mayores de Colta para conocer qué es lo que se puede hacer con este material que lo denominó ancestral.

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Marco indica que el proceso de elaboración de artesanías comienza con la selección de la totora y que luego viene el corte. Remarca que antes del uso se le tiene que hacer secar a la sombra, porque si se lo hace al sol se puede partir.

Opina que este arte se estaría perdiendo y explica que por eso comenzaron el proyecto con su hermano Wilson para poder rescatar la actividad que realizaban sus antepasados.

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Manifiesta que a través de una asociación elaboran además shigras de lana, hilo y de mullos, que sirven como monederos, que también impulsan el turismo comunitario y la preparación de platos típicos. “Todo con el fin de rescatar lo que entre nuestros ancestros ha sido tradicional”, destaca.

Costos

Con relación a los precios de las artesanías elaboradas con totora, Marco Mullo asegura que los trabajos más pequeños cuestan un poco más por la complejidad en el tejido y que los valores van de $ 2,50 a $ 30. (F)

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