Se cree que es una especie silvestre originaria de Cuba y que colonizó las Bahamas y varias zonas de la costa atlántica desde México hasta Belice. También ha sido hallada en países asiáticos como Singapur. Y, en 2017 fue reportada en Ecuador, tras encontrar poblaciones en 2015.

Se trata de la Anolis sagrei, un tipo de lagartija de cuerpo delgado que alcanza una longitud de 21 centímetros. Se ha encontrado a este reptil, hasta el momento, solo en la provincia del Guayas.

Las Anolis sagrei han sido registradas en Samborondón y Guayaquil, en Guayas. Foto: Cortesía Andrea Narváez

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Inicialmente se la reportó en el Parque Histórico, en Samborondón, y donde la especie ya volvió su hábitat los jardines de varias urbanizaciones y parques públicos de la zona.

También se ha extendido a Guayaquil, principalmente en el Malecón Simón Bolívar y en las inmediaciones de Urdesa, en el norte de la ciudad.

Esta lagartija en ciertos países donde fue introducida ocasionó alteraciones en el tipo de insectos de los que se alimenta o desplazando a otras especies nativas, por eso es importante saber cuáles son los efectos de su presencia en Ecuador, afirma Andrea Narváez, docente investigadora de la Universidad de Guayaquil y quien coordina el proyecto de Evaluación del Estado Poblacional de Anolis Sagrei en Guayas.

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Hay otros países donde también se ha establecido, pero en esas zonas no ha causado efecto alguno; por eso, es importante saber si con la presencia de esta especie existe la posibilidad de alteración de algún ecosistema o fauna local”, dice.

Uno de los temores es que la Anolis sagrei se apodere de hábitats de reptiles locales como la Gonatodes caudiscutatus, una salamanquesa diurna, debido a su comportamiento territorial.

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Narváez junto con otros especialistas estudian a la especie que es considerada ‘generalista’, es decir, se alimenta de varios tipos de insectos y utiliza varios tipos de hábitats. Los resultados de la investigación estarían a finales de este año.

A la Anolis sagrei se le suman tres especies más de reptil que han sido introducidas en varias provincias del Ecuador continental: la salamanquesa de luto (Epidodactylus lugubris), salamanquesa asiática (Hemidactylus frenatus) y la salamanquesa africana (Hemidactylus mabouia), distribuidas principalmente en la Costa y Amazonía. Además de una especie de anfibio: la rana toro o catesbeiana (Lithobates catesbeianus).

Rana catesbeiana o rana toro. Foto: Cortesía Mario Yánez

Mario Yánez, investigador del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), sostiene que estas especies de salamanquesas han logrado establecerse a lo largo de los puertos marítimos del país, siendo transportadas en contenedores lo que ha permitido que se dispersen y adapten, especialmente, a las zonas pobladas.

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Y a eso se debe añadir la capacidad reproductiva de este tipo de lagartijas que lo hacen de manera partenogenética, es decir, hembras que producen clones de sí mismo, basadas en el desarrollo de células sexuales no fecundadas”, señala.

Ejemplar de la salamanquesa asiática. Foto: Cortesía Mario Yánez

Sin embargo, afirma que en el caso de la Anolis sagrei no se ha definido claramente su forma de arribo, pero que puede estar asociada con la importación de plantas ornamentales. Y que la introducción de la rana toro se ha fomentado para iniciativas productivas.

El experto señala que los estudios del impacto de estas cinco especies introducidas recién inician en el país, pero “que los potenciales impactos en el desplazamiento de especies nativas y dispersión de enfermedades son inminentes”. (I)

Espécimen de la salamanquesa africana. Foto: Cortesía Mario Yánez