Las rutas que los migrantes utilizan para llegar a EE.UU. cada vez se cierran y más aún tras las masivas caravanas que se iniciaron el año pasado. Las medidas para frenar el avance de centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza se han intensificado.

En una redada, más de 360 migrantes que eran parte de la caravana de unos dos mil centroamericanos fueron detenidos el pasado lunes, en el sur de México. En la misma zona, otro grupo de 86 migrantes fue retenido en otra redada el martes siguiente en distintos hoteles de Tapachula, en el sureño estado mexicano de Chiapas.

En el último mes, México repatrió a 15.000 migrantes, según un alto funcionario que admitió un aumento en las devoluciones, en medio de fuertes presiones del presidente Donald Trump para frenar los crecientes flujos a su país.

Publicidad

Muchos migrantes han esperado durante semanas las visas mexicanas que nunca se materializaron y simplemente decidieron dirigirse al norte sin papeles. Sin opciones, cientos de ellos están recurriendo a una peligrosa forma de avanzar hacia EE.UU., siguiendo el viaje en el tren conocido como La Bestia, peligroso pero visto como la forma más segura de llegar a la frontera. Así buscan evadir decenas de puntos de revisión migratorios y policiales que se extienden a lo largo de las carreteras.

La Bestia ha llevado a migrantes al norte durante décadas a pesar de sus evidentes peligros: personas han muerto o perdido extremidades al caerse del coloso. Las autoridades mexicanas comenzaron a registrar los trenes para bajar a los migrantes a mediados de 2014 y la cantidad de centroamericanos a bordo se redujo a casi nada.

La dura travesía no termina al llegar a la frontera, aquí otros miles de migrantes están a la espera de un turno para pedir asilo a EE.UU. Quienes logran cruzar ilegalmente se enfrentan a grupos de civiles armados. Durante dos meses, los miembros de los Patriotas Constitucionales Unidos afirman haber ayudado a la Patrulla Fronteriza de EE.UU. a detener a unos 5.600 migrantes, la mayoría de ellos familias centroamericanas, en los últimos 60 días, en Nuevo México, en el extremo sureste del estado, en la frontera de Texas.

Publicidad

Mientras, la tensión también aumenta entre los dos gobiernos. Trump anunció que está enviando “soldados armados” a la frontera con México –tras un incidente en el que uniformados de ese país apuntaron y desarmaron a tropas estadounidenses porque pensaron que estaban del lado mexicano–, en una nueva escalada de su guerra contra la inmigración irregular. (I)

 

Publicidad

Caravanas

Centroamericanos

Flujo incesante

México estima que en los primeros tres meses del año cruzaron el territorio unos 300.000 migrantes con la intención de entrar a EE.UU., una tercera parte de ellos son menores de edad.

Publicidad

Miles de menores

La Patrulla Fronteriza aprehendió a 9.000 menores no acompañados solo en marzo pasado.