El 20 de abril de 1999, a eso de las 11:19, Eric Harris, de 18 años, y Dylan Klebold, de 17, cargados de armas, granadas y bombas, desataron el pánico con disparos y explosiones en la cafetería de la secundaria Columbine High School. El ataque fue más sangriento en la biblioteca, en donde se suicidaron. Doce estudiantes y un maestro murieron, 24 personas fueron heridas.

La tragedia pudo ser mayor, pues las intenciones de los dos jóvenes era volar la escuela con granadas y explosivos, 99 en total, que no lograron detonar.

EE.UU. quedó estupefacto. Fue, en ese entonces, la mayor masacre en un centro educativo en el país y el tiroteo abrió y encendió el debate por las armas, el tema de los antecedentes mentales y de los videojuegos, para que no vuelva a ocurrir otra tragedia como esa.

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Pero ese tiroteo solo fue el inicio de otras masacres, igual o mayor de mortíferas. Hoy, veinte años después, una larga lista de masacres tiñeron de sangre en escuelas y universidades de EE.UU., la última registrada el 14 de febrero de 2017, en Parkland, Florida, en donde 17 personas fueron asesinadas y se convirtió en el peor tiroteo y el tercero más mortífero en un instituto educativo en la historia de EE.UU., tras los de Virginia Tech y Sandy Hook.

Desde el 2012 se han registrado 239 casos de tiradores activos en centros educativos de EE.UU., según cifras del Gun Violence Archive.

Con cada tiroteo se han reactivado el debate de las armas y la exigencia de controles más estrictos. Una de las mayores campañas se inició, precisamente, tras el tiroteo de Parkland con gigantescas marchas en el país, pero los cambios logrados han sido mínimos.

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Uno de los defensores de la posesión de armas es el presidente Donald Trump, quien destaca la Segunda Enmienda de la Constitución de EE.UU., que protege el derecho a portar armas. “Esos derechos... nunca jamás estarán bajo asedio mientras yo sea su presidente”, dijo en mayo de 2018 en la convención anual de la Asociación Nacional de Rifle, férreo grupo que defiende las armas.

Trump propuso armar a los maestros como medida frente a las balaceras, lo que desató polémica en el país.

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Impotentes, numerosos centros educativos se han convertido en búnkeres, reforzando la seguridad. En el condado de Jefferson, estado de Colorado, que incluye la secundaria Columbine, se ha construido uno de los sistemas de seguridad escolar más sofisticados del país, publicó The Denver Post.

Candados que se controlan de forma remota, cámaras que rastrean a personas sospechosas; monitoreo las 24 horas hasta excomandantes de SWAT son parte del programa, para evitar un tiroteo.

La zona estaba alerta en los últimos días por la búsqueda de Sol Pais, una joven de 18 años que estaba obsesionada con la matanza de Columbine. La mujer había comprado armas y municiones. La Policía, que evacuó escuelas, la halló muerta el pasado miércoles.

Lejos de las aulas escolares otros tiroteos masivos suman cientos de víctimas asesinadas en lugares públicos, como el registrado en un concierto de música country en Las Vegas, en donde un hombre disparó a quemarropa desde un edificio y mató a 58 personas. (I)

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