Los indígenas del suroeste de Colombia anunciaron una nueva movilización después de que fracasara un encuentro con el presidente Iván Duque, previsto para este martes como parte de lo acordado para que levantaran un bloqueo vial que paralizó esa región durante tres semanas.

"Volveremos a nuestros territorios, haremos una junta directiva, después volveremos en otra movilización mucho más grande", dijo Neis Oliverio Lame, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).

Duque viajó este martes al municipio de Caloto, en el departamento del Cauca, para reunirse con los indígenas, que el sábado llegaron a un acuerdo con su gobierno para atender exigencias históricas y que incluía el levantamiento del bloqueo sobre la vía Panamericana, que conecta a Colombia con Ecuador.

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El mandatario esperó a los líderes de los manifestantes en un recinto cerrado con seguridad redoblada, luego de que la víspera el fiscal general, Néstor Martínez, denunciara un posible "acto terrorista" que podría poder en riesgo al jefe de Estado y del que dio pocos detalles.

Pero los manifestantes pretendían reunirse con el mandatario en un lugar abierto con presencia de los cientos de indígenas que conforman la minga, como también se conoce a la protesta.

Ante la inasistencia de los aborígenes, Duque partió del lugar en helicóptero.

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"Aquí no podemos seguir teniendo un Estado a merced de presiones", afirmó Duque visiblemente molesto en una declaración a la prensa.

Según el CRIC, la decisión del presidente de realizar el encuentro solamente con la representación de los voceros fue un intento de "dilatar" las conversaciones y no "asumir lo pactado".

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"El presidente llega al municipio de Caldono, pero insiste que la reunión debe realizarse a puerta cerrada, desconociendo el sentir de la minga, donde la comunidad es quien orienta", indicó la autoridad indígena en un comunicado.

Las comunidades aseguraron que "por el momento" no volverán a la carretera Panamericana, donde se produjeron fuertes enfrentamientos con la fuerza pública durante las tres semanas de bloqueo, que dejaron un indígena y un policía muertos, así como decenas de heridos.

En el marco de la protesta, que también provocó desabastecimiento en la región, el gobierno denunció que grupos "terroristas" habían infiltrado la movilización, lo que fue rechazado tajantemente por los manifestantes.

Los grupos étnicos exigían hablar directamente con Duque sobre el incumplimiento de convenios asumidos por otros gobiernos. Pero el mandatario se rehusó a ir a la zona hasta que despejaran la Panamericana.

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Los indígenas, que representan al menos el 3,4% de los 42 millones de colombianos, se han organizado para exigir derechos y denunciar crímenes y atropellos, con protestas que se han tornado frecuentes en los últimos años. (I)