“Esta investigación explica, a través de la observación y la evidencia etnográfica, que los antiguos habitantes del Ecuador supieron determinar el movimiento anual del sol y la determinación de equinoccios y solsticios. El instrumento para medir el tiempo fue una columna vertical que en los días de equinoccio, al mediodía, no proyectaba ninguna sombra”, dice la invitación a la presentación del libro de Gustavo Guayasamín, cineasta e investigador.

Su obra titulada La cruz del tiempo: teoría astronómica sobre el calendario solar quiteño se iba a dar a conocer la noche del jueves 21, en la Universidad Andina Simón Bolívar, a partir de las 19:00.

En el acto, el autor hablaría de su búsqueda en las principales crónicas de Indias y de cómo los indígenas se dieron cuenta de la existencia de equinoccios, solsticios, direcciones cardinales y de Quito era la mitad del mundo. Todo esto mucho antes de la llegada de la Misión Geodésica Francesa en 1736. Aquello lo supo por descripciones y gráficos de cronistas que las reconstruyó con la observación que hizo desde 1980. (F)