Hace dos décadas, la provincia de Tungurahua enfrentaba múltiples problemas; hoy tiene caminos vecinales asfaltados en casi todo el territorio, tanques reservorios y sistemas de riego; planes de manejo de páramos y desarrollo de emprendimientos. Y todo gira alrededor del trabajo del Gobierno Provincial de Tungurahua, que aplicó un modelo de desarrollo sistematizado por la Fundación Esquel.

A esta entidad le tomó unos cinco meses la sistematización del nuevo modelo de gestión, que aplicó por 18 años el Gobierno de Tungurahua. Como resultado de esa experiencia hay un libro por publicarse.

El presidente ejecutivo de la Fundación, Boris Cornejo, señala que en la sistematización se hizo un examen de las propuestas, metodologías y resultados. Añadió que el trabajo se lo hizo a través de entrevistas con los actores, para lo cual fue necesario desplazar personal a la provincia para mantener conversaciones con decenas de personas que habían trabajado en los parlamentos de agua, gente y trabajo. Así, la gente participó, se apropió y adueñó del modelo de gestión.

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En otra etapa se observaron los resultados en cuanto a las hectáreas de riego que se han incorporado, los caminos asfaltados, las distintas experiencias de emprendimientos de negocios y pequeñas cooperativas, que constaban entre los planes del modelo de desarrollo.

Según Cornejo, se podría decir que este modelo de gestión es un invento de los tungurahuenses y debería ser conocido por las demás provincias, aunque tiene reparos al momento de considerar que se lo pueda aplicar en todas por igual.

Fernando Naranjo, prefecto de Tungurahua, aseguró que el modelo de gestión nació de la decisión de los tungurahuenses de ser escuchados. En el año 2000 se reunió a todos los actores sociales y se les preguntó qué es lo que querían (obras), cuáles eran las verdaderas necesidades, sus prioridades.

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Los actores sociales decidieron atender tres áreas definidas: cuidado ambiental para la conservación y recuperación del recurso hídrico, generación de fuentes de trabajo y dar valor agregado a la producción, y tener un mejor nivel de vida con las necesidades básicas satisfechas de manera adecuada.

Hoy, según Naranjo, la red vial de Tungurahua es considerada la mejor del país, desde el páramo más alto hasta el sector productivo tienen vías asfaltadas y con señalética adecuada. Hay un sistema de riego eficiente en la provincia que entra en un proceso de tecnificación con reservorios estacionales y canales revestidos de cemento por más de 2.000 km. Muchos de estos tenían 150 años de servicio y el agua se desperdiciaba. Con el sector indígena trabajaron en la reducción de los niveles de pobreza mediante el manejo de los páramos.

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Segundo Galarza, vocal de la Junta Parroquial de Juan Benigno Vela, califica así el plan: “Antes del modelo de gestión la mayoría de caminos eran empedrados, pero en mal estado, ahora son asfaltados, pero aún faltan vías por mejorar”.

“El modelo permitió que se construyan reservorios, pero está pendiente ejecutar la segunda etapa para la tecnificación del riego en las comunidades de Pataló, Chacapungo y San Miguel”, dice Galarza.

Mientras, Segundo Caiza, presidente del Movimiento Indígena de Tungurahua, sede Atocha, señala: “Hace ocho años, por pedido de los tres movimientos indígenas, con el modelo de gestión se implementó el fondo de manejo de páramos para luchar contra la pobreza, se ha avanzado en equidad, pero los recursos deben entregarse a las comunidades para avanzar más”. (I)