Una multinacional de bebidas gaseosas dio el aval para que el aeropuerto Seymour de Baltra pueda usar el agua que produce en esa isla con el fin de mezclarlo con el jarabe y así obtener las bebidas que expende en uno de los locales.

La autorización ha sido el primer logro del aeropuerto, que recibe la mayor cantidad de turistas que llegan a Galápagos, para que el agua que produce sea considerada apta para el consumo humano.

Ubicado en el centro del archipiélago, el aeropuerto Seymour usaba agua ‘inerte’ que solo servía para el baño y no estaba lista para ser bebida.

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Jorge Rosillo, gerente de Ecogal, la concesionaria de la terminal, señala que han logrado obtener agua potable adecuada para el consumo tras un proceso que comienza a un kilómetro y medio de la terminal aérea, con la extracción de agua del mar.

Una vez que se saca el agua del mar, esta pasa a unos pozos ubicados en la playa y por el sistema de ósmosis inversa se retira la sal. En la planta desalinizadora, el líquido se almacena en tanques y luego se bombea por tubería hacia el aeropuerto.

Al llegar al aeropuerto, el agua pasa a un tanque de almacenamiento, donde se somete a lámparas UV (ultravioleta), se la desinfecta, mineraliza y se distribuye potabilizada.

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Rosillo señala que localmente el agua está certificada para el consumo, pero buscarán que una firma internacional la avale, considerando que hay un porcentaje importante de turistas extranjeros que llegan a esa terminal.

“El plan es que este año tengamos dispensadores de agua para que el público llene su termo o vasos reciclables”, dice el ejecutivo.

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El funcionario señala que hoy el turista bien puede tomar agua de grifo, algo que antes de noviembre no lo podía hacer.

Detrás de esa idea también hay una premisa que busca contribuir con el medioambiente: que el visitante de ese aeropuerto deje de consumir agua en botellas plásticas.

A esa isla llega la mayor parte de los turistas que arriban a Galápagos.

Según cifras proporcionadas por el Consejo de Gobierno de Galápagos, a Baltra arribaron el año pasado 209.403 turistas, entre nacionales y extranjeros, mientras que a San Cristóbal, que es la capital, llegaron 66.414 turistas.

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En comparación con el 2017, el arribo de turistas entrando por Baltra creció 11,80% y por San Cristóbal, 21,82%. Pero Baltra sigue dominando el mercado galapagueño.

En el día de menos movimiento, Seymour recibe cinco vuelos y la jornada de mayor tráfico es el domingo, con nueve vuelos. Avianca, Latam y Tame llegan al archipiélago.

El aeropuerto, que tiene la certificación de carbono neutro, aún está en capacidad de soportar más pasajeros, pues está hecho para atender a 800.000 viajeros.

La mayor parte de la terminal concentra sus operaciones entre las 09:00 y las 13:00. El 70% de la energía que consume se genera de tres torres eólicas y el 30% de paneles solares.

Para el 2021, el aeropuerto debe recapear la pista y Ecogal está en conversaciones para ampliar la plataforma para recibir más aviones.

 

Aviones

MAYOR CAPACIDAD

Posibilidad

Hay aerolíneas que operan en la terminal que están interesadas en ingresar aviones más grandes como el Boeing 767, 757, 737 y Airbus 321. Latam considera que la posibilidad de volar desde y hacia Galápagos en un Boeing B767 dependerá de evaluaciones técnicas que podrían ser realizadas junto con el operador del aeropuerto como una alternativa ante cualquier eventualidad. (I)

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