El servicio eléctrico en Venezuela seguía intermitente este lunes a cuatro días del inicio de un apagón que dejó a casi todo el país a oscuras y que ha agudizado los problemas de abastecimiento entre la población que lucha por conseguir productos básicos.

En vista de lo prolongado del apagón, que comenzó el jueves por la tarde, el gobierno de Nicolás Maduro ordenó nuevamente la suspensión de clases y de la jornada laboral. Las actividades ya habían sido suspendidas el viernes.

Los problemas del sistema de generación eléctrica, que especialistas han dicho que no ha tenido mantenimiento ni inversiones oficiales por años, persistían pese a que el gobierno dice que lucha por recuperarlo.

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Entre la medianoche del domingo y la madrugada del lunes, por ejemplo, la subestación de energía Humbolt, en el este de Caracas, estalló y dejó sin el suministro a zonas de ese sector de la capital, según testigos. La televisión oficial confirmó el incidente, que no dejó heridos, y dijo que se investigaban las causas, pero no dio detalles.

Otras regiones, como la población andina de San Cristóbal, cerca a la frontera con Colombia, estaba sin luz el lunes.

La falta de suministro eléctrico paralizó servicios como el de telefonía, transporte de metro y el suministro de agua potable. En algunos puntos de Caracas se podían ver filas de personas llenando envases con pequeños chorros de agua que descendían de una montaña.

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La Asamblea Nacional, bajo control opositor, llamó a una sesión de emergencia el lunes para debatir el colapso eléctrico "por culpa de la negligencia e irresponsabilidad del régimen de Nicolás Maduro".

El médico Julio Castro, del grupo no gubernamental Médicos por la Salud, dijo en un mensaje de Twitter el domingo por la noche que 21 personas han muerto en hospitales públicos del país desde el inicio del apagón.

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La falta de electricidad ha agravado la crisis de los hospitales venezolanos, que ya prestan servicios muy menguados por la falta de inversión y de mantenimiento, a lo que se suma la escasez de medicinas.

Expertos consultados creen que la falla nacional se originó en las líneas de transmisión que transportan energía desde las plantas hidroeléctricas al sur venezolano, pero además el gobierno cuenta con equipos precarios y poco personal para enfrentar la emergencia.

El gobierno dice que se trató de un 'sabotaje' a la hidroeléctrica del Guri, la más grande del país, con el objetivo de desestabilizar y llevar al "pueblo a un nivel de desesperación".

El apagón ha sido el más prolongando en Venezuela en décadas. En 2013 hubo una falla que afectó a Caracas y 17 estados de los 23 del país, que duró seis horas y en 2018 hubo otra de 10 horas en ocho estados, según reportes oficiales de entonces. (I)

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