Por los golpes recibidos evitaba mover el brazo izquierdo. Édgar Zúñiga, de 50 años, chofer de un camión repartidor de cervezas, perdió teléfono celular y $ 100 en el asalto que sufrió a las 10:20 del viernes 1 de marzo en la cooperativa Santiaguito Roldós, sur de Guayaquil, adonde llegó junto a dos compañeros para dejar el producto.

Apretaba los ojos de dolor si se tocaba el hombro. Dijo que dos asaltantes andaban en bicicleta y cuatro a pie, que lo agredieron mientras sustraían objetos de la cabina del carro. “Corrieron para el fondo”, indicó la víctima de un nuevo asalto a camiones repartidores de productos, puesto que una semana atrás se registró otro caso.

“Disparan, no hay control de nada, todo el mundo roba, al guardia lo sacaron corriendo, no les importa los niños”, relató una alarmada Yolanda Toala sobre este último incidente.

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Santiaguito Roldós, cooperativa de 40 años de antigüedad, que linda con el estero y los sectores Fertisa y Viernes Santo, es escenario de hechos violentos, como el asesinato de un hombre la noche del miércoles 27 de febrero. El victimario iba en bicicleta y le atinó seis disparos. Moradores ligaron el caso a una disputa entre grupos dedicados al expendio de drogas.

El viernes 1, los policías que conocieron del asalto y agresión que sufrió el chofer Édgar Zúñiga sostuvieron que tienen el problema de que los habitantes los encaran cuando intentan detener a un asaltante. Dijeron que generalmente es un morador que se refugia en su casa.

Los vecinos confirmaron esa versión. “El mes pasado estábamos haciendo minga y le quitaron el teléfono a una chica. La Policía entró y del parque le salió la gente, pero (los agentes) sí pudieron llevárselo (al presunto asaltante)”, mencionó una mujer que prefirió la reserva de su nombre y que aseguró que los microtraficantes se han tomado el sector.

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Los habitantes reconocieron que hay patrullaje, pero se quejaron por la supuesta falta de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) en Santiaguito Roldós. Señalaron que los uniformados que efectúan rondas salen de la Unidad de Vigilancia Comunitaria que queda en Los Esteros y que ello supone pérdidas de minutos en la llegada al sitio de la emergencia.

En tres motos y en un auto llegaron al menos doce policías a prestar auxilio al chofer asaltado. Moradores refirieron algo resignados que era un caso más. “Uno (asaltante) tenía un trapo en la cara”, comentó uno.

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Otro, identificado como Kléber Baque, de 64 años y fundador del sector, dijo que él no iba a dudar en utilizar su machete. Con cierta ira contó que un “hacherito”, aprovechando la madrugada, trepó en su segunda planta en construcción para robar sierras, cortadoras, palas, picos, entre otros insumos. Lamentó haber tenido que detener la obra.

Un vecino agregó que los consumidores meten palos por las ventanas para robar artículos. De esa modalidad fue víctima Olivia León, dueña de una despensa. “Estaba tomando café y cuando salí ya me habían halado un banco en el que tenía $ 8”, relató y agregó que luego tuvo que colocar mallas sobre las rejas de su local.

La mujer manabita, nativa de Paján, subrayó que un vecino que vende cilindros de gas alguna vez se le enfrentó a consumidores, recibiendo en respuesta una pedrada. “Lo dejaron medio muerto”, expuso.

Magaly, quien labora en una empresa de utensilios de aseo personal y que al mediodía del viernes 1 recorría despensas registrando pedidos, reconoció su temor de caminar sola en la Santiaguito Roldós. Dijo que como precaución no porta teléfono celular, ni dinero. 

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"Me cerraron el paso, no me dejaron arrancar, eran seis, dos andaban en bicicleta, armados, que vinieron a meterme golpe para que no haga nada, se metieron a la cabina, me (...) el hombro”, Édgar Zúñiga, víctima de asalto

Más casos

A las 21:00 del 27 de febrero pasado, un sujeto que andaba en bicicleta disparó contra un habitante de la cooperativa Santiaguito Roldós, en una aparente disputa de territorio entre grupos delictivos.

La ciudadana C.M.G.P. lamentó haber visto en vivo, el 17 de enero pasado, que moradores de la Santiaguito Roldós supuestamente agredían a policías que intentaban detener a un supuesto asaltante.

La noche del 21 de noviembre pasado, un ciudadano de nacionalidad venezolana, de 18 años, no pudo escapar de dos hombres en moto que le propinaron tres tiros. (I)