En Palma Real, las actividades son normales y hay calma en el poblado, pero quienes ingresan por primera vez tienen que presentar su cédula de ciudadanía, pasar por una revisión corporal y de su respectiva mercadería. Esta inspección la hace personal de la Infantería de Marina en el muelle de pasajeros.

Asimismo, en el poblado, personal policial realiza los controles a transeúntes.

“Con el ingreso de refugiados colombianos pueden filtrarse personas con antecedentes judiciales o de grupos armados, y por ello el pedido de documentos de ciudadanía”, dijo un oficial naval durante la revisión.

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A un kilómetro se ubicó la estación naval flotante y muy cerca unidades de combate de la Infantería de Marina, para patrullaje marítimo y fluvial. Vigilancia que se refuerza en las noches por la poca visibilidad, ya que el área es rodeada de manglares, islotes y esteros.

Luis Kon, comandante saliente del Batallón de Infantería de Marina, afirma no haber novedades mayores al primer movimiento de colombianos que huyeron a Palma Real.

Sin embargo, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, no descarta un incremento de extranjeros si continúan los combates contra los grupos irregulares, principalmente en el departamento de Nariño.

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Este tema motivó a una reunión de seguridad en el Ministerio de Defensa en Quito, el viernes anterior. Al final de la reunión se acordó realizar un monitoreo para actualizar en número, nombre y ubicación de los refugiados dentro de territorio ecuatoriano y la atención humanitaria que reciben en coordinación con el Servicio de Gestión de Riesgos.

Una brigada del Ministerio de Relaciones Exteriores trabaja desde el miércoles pasado en Palma Real. (I)