Actualizado a las 17:35

Agua potable, médicos permanentes, vituallas, colchones, utensilios de cocina, es lo que se necesita para atender a unas 80 familias colombianas, que huyeron por un conflicto armado entre grupos irregulares en el vecino país y están refugiadas en Palma Real y San Lorenzo, en Ecuador.

Hasta el viernes anterior, se registraban 259 refugiados entre hombres, mujeres y niños, pero la cifra puede incrementar si continúan los incidentes en las veredas de San Domingo Alto y Bajo, en Nariño, como el registrado el 28 de febrero pasado.

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Los colombianos tienen parentesco con familias del cantón San Lorenzo y en cada incidente en el vecino país se refugian en esta zona. Nover Branda, presidente del Gad parroquial de Ancón de Sardinas, detalla que el sistema de agua potable entubada de Palma Real, no abastece a las 1.800 familias locales. Servicio que sería deficiente en caso de un éxodo masivo de colombianos.

"Con un presupuesto de $192.000 anuales del Gobierno parroquial, logramos mejorar algunas calles ya que la gente se moviliza a sus casas por puentes de madera", indicó él. 

El centro de salud pública tampoco abastecería para una masiva demanda de atención médica. Branda señala que dos personas refugiadas fueron trasladadas al hospital Divina Providencia, de San Lorenzo. 

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También el servicio eléctrico tendría fallas que genera apagones, y a decir de la autoridad parroquial, los técnicos de CNEL EP no tendrían presupuesto y transporte para reparaciones, porque el tendido de cables y postes  se lo hizo entre manglares y esteros.

Tampoco cuentan con alcantarillado sanitario, igual que las poblaciones de Tambillo y Pampanal de Bolívar, por estar ubicadas en área marítima y en ocasiones las marejadas inundan estas localidades.

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Mientras la recolección de desechos sólidos se la realiza tres veces a la semana, en barcazas del Municipio de San Lorenzo o sino los habitantes amarran en fundas plásticas y aprovechan la marea para botarla a los esteros. 

Otra deficiencia es la comunicación telefónica y en caso de emergencia llaman a operadoras de Colombia, para que estas envíen el mensaje a San Lorenzo. Mientras, el transporte solo es fluvial, lo que encarece precios de materiales de construcción, vestimenta o medicamentos.

Branda espera que con esta migración de colombianos, el gobierno de Ecuador atienda a estas poblaciones fronterizas dedicadas al transporte de pasajeros, comercio, pesca artesanal y recolección de crustáceos, como modo de sobre vivencia. 

Refugiados en casas de familiares

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Magaly Cortez y su esposo acogieron en su pequeña casa de madera, en Palma Real, Esmeraldas, a dos familias colombianas (cuatro personas), que huyeron luego del enfrentamiento armado entre dos grupos irregulares. 

Un cuarto le asignaron para su alojamiento, mientras que ellos duermen en la sala, hasta que estas dos familias decidan retornar a Colombia. A pocas cuadras del poblado de Palma Real, Feliciano, su esposa y otro familiar, también se refugiaron en una casa de acogida.

“El tiroteo entre estos dos bandos nos parecía interminable, porque estábamos en el caserío a fuego cruzado, con temor a que nos maten estos irregulares”, comentó Feliciano.

El enfrentamiento del 28 de febrero pasado fue a unos 9 km de Candelillas de la Mar, poblado que está a orillas del río Mataje, en el lado colombiano, y a unos 5 minutos vía fluvial de Palma Real.

Los hermanos colombianos tienen parentesco con familias de San Lorenzo y en cada incidente en el vecino país se refugian en esta zona. Sin embargo, los servicios de agua y atención médica no están preparados para una masiva demanda de refugiados. Nover Branda, presidente del GAD parroquial de Ancón de Sardinas

Olga, otra de las refugiadas que huyó del poblado colombiano Santo Domingo, guardó en un saco de plástico su ropa y la de sus dos hijos, para salvar sus vidas. Pero está preocupada porque su esposo no logró salir durante la refriega.

Mientras, Elva y otras dos amigas huyeron de Tumaco, en enero de este año, donde trabajaban en una empacadora de camarón. Ahora, en Palma Real se dedican a la recolección de concha prieta, labor que hacen otros de sus coterráneos para pagar el arriendo de una casa en mal estado que alquilan.

Unas 30 familias que no tienen parientes permanecen en un albergue adecuado y otras, en la sede del Gobierno parroquial de Ancón de Sardinas. Allí recibieron kits de alimentos y de aseo, coordinado por el COE cantonal de San Lorenzo, el Servicio de Gestión de Riesgos y Emergencias y ONG de ayuda humanitaria.

Un grupo de apoyo local de la parroquia instaló una cocina industrial y utensilios, que junto a los refugiados preparan los alimentos.

Sin embargo, en Palma Real la situación se vuelve crítica con la llegada de los desplazados, pues el sistema de agua potable entubada de dicho poblado no abastece a las 1.800 familias locales. Servicio que sería deficiente en caso de un éxodo masivo de colombianos, indicó Nover Branda, presidente del GAD parroquial de Ancón de Sardinas.

También existe deficiencia en recolección de desechos, que son ubicados en el manglar; y problemas de comunicación telefónica. 

Ayuda social

Implementos
Agua potable, médicos permanentes, vituallas, colchones, utensilios de cocina, son los implementos que se necesitan de manera urgente para atender a más de 80 familias colombianas.

Esperan intervención
Refugiados pidieron ayer intervención de autoridades para facilitar transporte, alimentos y comunicación a los desplazados. (I)