El presidente brasileño Jair Bolsonaro ha provocado furia al publicar un video en Twitter en el cual un hombre orina sobre otro.

Bolsonaro publicó el video el martes por la noche en una crítica al Carnaval. Muchos derechistas en el país del Carnaval por antonomasia detestan el festejo por considerarlo una fiesta pagana.

El presidente ultraderechista fue uno de los blancos principales de las burlas.

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El mensaje de Bolsonaro incluyó el video de una fiesta callejera en la que un hombre se manosea sexualmente y luego agacha la cabeza mientras otro orina sobre él.

“No me siento confortable al mostrarlo, pero tenemos que exponer la verdad” sobre el carnaval, escribió el presidente.

Para el miércoles por la mañana, el tuit había recibido más de 35.000 comentarios, muchos de ellos fuertemente críticos de la decisión de publicar el video. 

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En tanto, las escuelas de samba de Rio de Janeiro cerraron la madrugada del martes dos noches de deslumbrantes desfiles, marcados por el rescate, en clave de 'saudade' o de grito de guerra, de héroes y mitos relegados por la historia oficial.

Memoria aún candente de la esclavitud, críticas a la intolerancia religiosa y recuperación de expresiones de la cultura popular fueron las asumidas respuestas de los "enredos" (temas) a la ola neoconservadora que hace tres años puso a un exobispo evangélico al frente de la alcaldía de Rio y este año al ultraderechista Jair Bolsonaro en la presidencia de Brasil.

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Las procesiones de carrozas alegóricas, sofisticados disfraces, abundancia de purpurina y mucha sensualidad fueron, como siempre, las armas con las que cada escuela, con 2.500 a 4.000 participantes, despertó el entusiasmo de los 72.000 espectadores que colmaron durante dos noches el Sambódromo, de la Avenida Marqués de Sapucaí.

Otra historia 

Mangueira, una de las escuelas más populares, propuso en sus carrozas una revisión de A a Z de las lecciones de historia escolar. Los imponentes patriarcas enmarcados en un muro, al ser arrancados de su lugar para ser reemplazados por indígenas, resultan ser enanos.

El cuestionamiento a las páginas de la historia abarcó desde la colonización europea, presentada como un cementerio de pueblos indígenas, hasta un grafitti delante de una biblioteca que reza: "Dictadura asesina", un ataque frontal al régimen militar (1964-85) reivindicado por Bolsonaro, un exmilitar.

Un diputado de Rio, Rodrigo Amorim, del PSL (el partido de Bolsonaro), denunció en declaraciones al diario carioca Extra una tentativa de la izquierda de "imponer una dictadura cultural" en estas tradicionales expresiones populares.

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A lo cual el 'carnavalesco' (director y coreógrafo) de Mangueira, Leandro Vieira, respondió: "Dictadura cultural es la que trata de imponer la supremacía de las versiones históricas en las cuales indígenas, negros y pobres ocupan lugares subalternos, sin alcanzar la importancia que tendrían si entendiéramos el país que somos".

Marielle, presente 

Esta "historia que la historia no cuenta" rindió homenaje a Marielle Franco, la concejal negra y homosexual que denunciaba la violencia policial en las favelas y fue acribillada a balazos hace un año, sin que hasta ahora se haya descubierto a los culpables.

Su viuda, Mónica Benício, desfiló en la última ala de Mangueira.

"La única concejal negra que cargaba en su cuerpo las causas que defendía -era mujer, negra, nacida en la favela, lesbiana-, fue ejecutada. [Estar aquí] es una forma de resistencia y de reclamar justicia", dijo Benício a la AFP poco antes del desfile.

Otra escuela, Vila Isabel, también recordó a Franco al celebrar el fin de la esclavitud en uno de sus carros, en el que desfilaron familiares de la concejal que exhibieron una bandera con la inscripción "Marielle presente". (I)