Ante la atenta mirada de dos policías, unos diez turistas suecos visitan la Virgen del Panecillo, en el centro de la ciudad. Tras un breve recorrido por el exterior suben las empinadas escalinatas del interior del monumento. Al llegar a la torre se maravillan por la vista de la capital. Están acompañados por Alexander Mansaba, quien es un guía nacional de turismo.

Quito atrae turistas, pero no todos los lugares son recomendados para visitar. El Itchimbía, a diferencia de El Panecillo, no es incluido por unas agencias de viajes para visitarlo ni es sugerido por guías como Mansaba. Aduce que hay poco que ver o hay otros destinos que atraen más.

En el sector del Itchimbía, el pasado 4 de febrero fue asesinado a puñaladas el turista ruso Aleksel Dombrouskll, por oponerse a ser asaltado.

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Según cifras del Ministerio del Interior, el robo a personas en el distrito metropolitano de Quito aumentó en 2018 frente al 2017, de 6.278 a 6.656. El robo de tres tipos bajó: a domicilios, de 2.605 a 2.339; a unidades económicas, de 1.408 a 1.343; y de carros, de 1.444 a 1.340.

Aldo Salvador, director ejecutivo de la Cámara de Turismo de Pichincha, dijo que para el sector turístico lo ocurrido a Dombrouskll es lamentable y sostuvo que es aislado porque el índice de criminalidad de esos casos no es alto en la ciudad.

El asesinato de Dombrouskll, se enmarcaría en lo que la ministra del Interior, María Paula Romo, llama violencia criminal, que se relaciona con la búsqueda de objetivos económicos cuando organizaciones delictivas se enfrentan entre ellas, o cuando una organización, una banda que asalta busca réditos económicos.

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Hay otra violencia que es social o intrafamiliar, pues busca dañar a otra persona. Se da cuando se trata de la violencia de un padre a un hijo, riña entre vecinos o amigos...

La funcionaria afirmó que el año pasado, a nivel nacional, hubo cifras más altas de muertes por violencia social que por criminal. En 2018, el 53% de muertes violentas correspondió a violencia social y el 47% a violencia criminal.

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Según Fernando Carrión, experto en seguridad, existen tres matrices de violencia e inseguridad: la que viene de la lógica de la discriminación, por ejemplo la violencia de género, xenofóbica; la violencia mafiosa, que es aquella que proviene de economías ilegales y de carteles de narcotráfico, de venta de armas, de trata de personas; y la violencia común, que son robos, hurtos, asesinatos y homicidios.

Hay que entender, agregó Carrión, cómo opera cada una para comprenderlas y aplicar políticas en cada caso.

El experto consideró que en Quito sí hay inseguridad y que en los dos últimos años ha habido un incremento de los tres tipos de violencia descritos y principalmente provienen de la crisis económica.

Uno de los últimos hechos de violencia social o intrafamiliar se dio en Pisulí.

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Miguel A. asesinó a su expareja Amelia L. Un caso de femicidio que causó zozobra en la población capitalina y revivió un hecho atroz similar sucedido en Ibarra.

Juan Zapata, exsecretario de Seguridad del Municipio de Quito, mencionó que la violencia contra la mujer estaba invisibilizada. En la capital, en 2018 hubo 7 femicidios. En 2017 fueron 14.

Contó que entre 2017 y 2018 hubo 70.000 atenciones a través de los Centros de Equidad y Justicia. Sin embargo, afirma que el 90% de las mujeres no denuncia debido a que es dependiente de la pareja.

La tasa de homicidios (4,6) –menciona Carrión– ubica al Ecuador en el segundo país más seguro de América Latina, pero la percepción ciudadana no se corresponde y como evidencia refirió que en la actual campaña electoral para las alcaldías uno de los temas más importantes es el de la seguridad.

El pasado jueves, Jonathan Lozano, de Colombia, visitaba por tercer día la capital y tuvo una sensación buena de seguridad. (I)

Ministra habla de ordenanzas que se requieren cambiar

En marzo se graduarán 2.500 nuevos policías, anunció María Paula Romo, ministra del Interior, en una entrevista radial.

La funcionaria indicó que se necesita que los municipios aprueben ordenanzas para evitar la venta callejera alrededor de las escuelas, porque en el expendio de chicles, espumillas, helados, granizados hay riesgo de microtráfico.

Dijo que se deben regular las horas, los lugares de consumo de alcohol, para que la Policía se pueda dedicar a combatir el crimen. Precisó que el 60% de la atención policial, a nivel nacional, es levantar libadores y controlar desorden.

Juan Zapata, exsecretario de Seguridad del Municipio, consideró que se debe cambiar el Código Orgánico de Entidades de Seguridad Ciudadana, que establece que entre las funciones de los agentes municipales está dar información y seguridad turística. Esa competencia, dijo, solo debe ser de la Policía. (I)