Es el vicepresidente del CNE, pero reconoce con decepción que a él no se le encargó ninguna tarea específica en la organización de los comicios del 24 de marzo. Sí tiene a su cargo la gestión y capacitación en cinco provincias. Enrique Pita advierte que habrá dificultades por el bajo presupuesto para atender la falta de recurso humano y asegura que el personal interno del organismo no es técnico, y responde a intereses y hasta la “subordinación”.

En el simulacro del conteo, ¿qué resultados hubo?

Se verificó el tiempo que tomaba la clasificación del escrutinio. Esto nos da una idea aproximada, pero no es una idea confiable. Para hacer el escrutinio de alcalde les tomó una hora, podemos asumir que alcalde y prefecto les puede estar tomando por dignidad una hora y cuarto.

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¿Qué alertan los resultados?

Que este va a ser un proceso muy complicado por el número de candidaturas. Lamentablemente el número de electores por Junta, de 350, es demasiado. Eso fue parte del ahorro que quiso imponer el CNE transitorio, ahorros que nos van a complicar, porque se incrementa el trabajo para los miembros de juntas. Habría sido 250 electores por Junta, pero eso habría requerido más gente, más recintos; no tendríamos jamás que habernos fijado en el precio. La democracia no tiene precio.

¿Fue irresponsable reducir el presupuesto?

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Definitivamente, sí. Sé quién lideró tal cosa. Pero ninguna de las cinco personas tenía experiencia en procesos electorales. Tampoco hicieron la tarea de recoger la información de funcionarios que sí conocían.., Si el presupuesto era de
$ 126 millones, tenía que mantenerse.

Le preocupaba el reconteo de votos. ¿Cómo se hará?

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Un ejemplo. Guayaquil tiene 6 mil juntas, si se producen inconsistencias numéricas en un 10%, estamos hablando de 600 juntas, se multiplica por 350 personas que deben votar y le aplican un 20% de ausentismo, tiene 200.000 votos que van a tener que ser recontados. Es un trabajo sensible. En un cantón pequeño, las diferencias serán inferiores, pero van a ser más sensibles, porque un voto hará la diferencia entre que un candidato gane o pierda. El reconteo es un trabajo que debe asumirse con mucha responsabilidad, transparencia, y para que haya eso debe haber las condiciones para que quienes lo hagan no estén comprometidos, o no aparezcan comprometidos, no estén blindados o aparezcan blindados con organizaciones políticas. Es ahí donde digo que hay gente en las delegaciones provinciales que tienen vinculaciones, y me preocupa que las personas contratadas por las direcciones tengan esa vinculación, y eso va a afectar la confianza de los partidos políticos.

¿Por qué ha pasado esto?

La cierta injerencia de los consejeros hace que se comprometa la transparencia, que se cuestione el proceso. Debimos ser absolutamente independientes para que no queden cuestionamientos. Yo puedo decir mirando a los ojos de cualquier consejero que sí: yo recomendé nombres y nunca he llamado a ninguno para que actúe en tal o cual sentido. Lo que los hechos demuestran que sí ha sucedido, porque ciertos miembros alegan tener instrucciones superiores.

¿Hay concentración de poder en la presidencia?

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En el reparto de responsabilidades se estableció que cada consejero iba a estar a cargo de diferentes áreas. Y el reparto de esa torta se realizó con base en las posiciones de cada uno. Y la decisión la tomó la presidenta. El hiperpresidencialismo nos convierte en una especie de subsecretarios. Se hizo tal asignación y, mala suerte, yo no tengo ninguna. Y está bien. Sigo trabajando en lo mío. Ahora cuestiono el tema, cuando se producen incidentes como en El Oro, cuando todos aparecemos responsables de decisiones que se tomaron pese al quehacer de la delegación de El Oro, que aún no es removida. Y a la persona culpable de las irregularidades se le aceptó la renuncia, en lugar de ser cancelada.

¿Pero usted es el vicepresidente, cómo es que no tiene un área asignada?

Así es la estructura. La vicepresidencia no me da ningún tipo de ventaja. Pero no solo en función de la vicepresidencia, sino también de mi experiencia, y sí lo reclamo. ¡Qué caray!, yo vine a esta institución dejando cosas que amaba... Pero cuando me encuentro que los intereses políticos están por encima de estas decisiones, ya debo decir: Por qué tengo que asumir responsabilidades por otro, si no he participado en la organización..., tengo preocupación por el número de candidaturas... En muchos sitios, la designación del personal no se ha hecho por la experiencia, sino sobre la vinculación política, la obediencia, sumisión, y así no puede manejarse un proceso electoral. (I)