Los gritos de Sofía Esteves, de 38 años, alarmaron a los moradores de Sauces 2 cerca de las 09:00 de este martes. Poco después, ella salió al portal de su casa tambaleándose mientras su agresor la seguía con un cuchillo en la mano. En la entrada de la vivienda, donde también funciona su negocio (una imprenta), quedaron las manchas de sangre.

La mujer recibió 16 puñaladas, según el mayor Juan Espín, jefe policial del sector. Presentaba heridas en el pecho, cabeza y extremidades. Un vecino hizo varios tiros al aire mientras otros moradores acorralaban y detenían al agresor que resultó ser un primo de la víctima.

“Ella gritaba que su hijo estaba en peligro, pero su esposo había salido con el niño a comprar, estaba sola”, contó un morador que fue testigo.

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La víctima fue trasladada en una ambulancia hasta una clínica privada de la Alborada. Ahí, hasta el cierre de esta edición, la mujer permanecía estable, según familiares.

La Policía que ayer recopilaba evidencias y procesaba al detenido investiga el caso como un posible intento de robo, pues poco después del ataque al sector llegó un camión de mudanza y su personal indicó que había sido contratado para trasladar equipos de una imprenta.

Los vecinos alertaron a los uniformados de esa novedad y los trabajadores fueron interrogados.

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Espín dijo que se busca esclarecer quién los contrató, por eso se retuvo al conductor para que rinda su versión en la Policía Judicial.

Un familiar de la herida comentó que el detenido habría sacado copia de la llave del negocio, pues hace dos meses a Sofía se le perdió la llave.

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Él cree que cuando el primo fue para llevarse los equipos, se encontró con ella y empezó el ataque con el arma blanca que fue recuperada en la escena por agentes de Criminalística.

La Policía reveló que la agresión se habría iniciado en una habitación de la segunda planta de la casa. En la planta baja funciona la imprenta.

El primo fue trasladado a una Unidad de Flagrancia de la Fiscalía. Allí hoy se le realizaría la audiencia de flagrancia.

Javier del Castillo, familiar de la víctima, consideró que el delito se habría estado planificando desde hace dos meses, cuando desaparecieron las llaves que el individuo habría usado para ingresar a la casa.

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Espín, quien acudió a la escena, contó que el sospechoso presentó un documento que certificaba una supuesta discapacidad mental del 30%. Sin embargo, eso es algo que aún debía ser corroborado por un forense. Del Castillo dijo no saber de esa discapacidad.(I)