Luis Hernández, héroe del Cenepa y vocal del Consejo de Participación Ciudadana transitorio

Esperó 17 años para que la justicia reconozca un logro, que no lo reconoció las Fuerzas Armadas. Con un informe de Solución Amistosa que emitió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a finales del 2018, Luis Hernández –que inició su carrera militar a los 15 años de edad– ascendió de coronel del Ejército a general de Brigada de las Fuerzas Armadas. Ese ascenso llegó 17 años después de que el Consejo de Generales en el 2001, lo calificara como ‘no idóneo’, pese a haber sido héroe de la guerra del Cenepa de 1995. Con este acuerdo con el Estado ecuatoriano, él renunció a una indemnización que bordeaba los $ 1’2 millones, pero le reconocerán su ascenso.

¿Ahora no lo vamos a llamar coronel, sino general?

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(Risas) Yo digo que soy un conscripto de la patria... Mi carrera militar la terminaron el 21 de junio de 2001, y lo que después continuó es una lucha en la que se hizo justicia para que nunca más se den estos atropellos.

¿Cómo inició esta lucha?

No tenía ningún arresto, nunca me sancionaron. Tenía una carrera que me habría llevado a tener la primera antigüedad cuando ascendí a coronel. Y había sido la más relevante por las funciones que desempeñé en el conflicto del Alto Cenepa, pues por mi actuación, me condecoraron con la Cruz al Mérito de Guerra. Hice todo lo que demandaba el sistema para ascender a general y me dijeron que yo era ‘no idóneo’. Renuncié por siete años a recibir mi sueldo porque no aceptaba mi condición de retirado, y los cobré acumulados en el 2007. Nos manteníamos con el sueldo de mi esposa, y empecé a trabajar en turismo. El caso siguió, la exministra (de Defensa) María Fernanda Espinosa empezó a resolver los casos que estaban en la CIDH. Fernando Cordero siguió. Con Ricardo Patiño se suspendieron; y se retomó con el gobierno de Lenín Moreno, cuando se logró este acuerdo amistoso.

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¿Por qué no fue ascendido?

Según mis conclusiones, cuando era director de la Escuela Militar estaba en discusión el aceptar mujeres para la carrera de arma. José Gallardo era ministro de Defensa, y me apoyó. Cuando salí de la escuela, suspendieron el reclutamiento de mujeres por un año. Había recomendaciones de terminar el reclutamiento; creo que ahí estaban las razones.

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Que recuperó después de estos 17 años.

El honor nunca lo perdí. Las cosas que me hicieron fueron amenazas a mi honor y las vencí. Es una victoria personal, pero que debe ser irradiada a todos aquellos que toman decisiones en las Fuerzas Armadas para que se protejan en los sistemas de promoción, la dignidad y se reconozcan sus méritos.

¿Guarda resentimientos?

No. Ellos (los oficiales que no aprobaron su ascenso) cortaron el sueño de un oficial que tenía ideas para el Ejército. Le hicieron un daño al país, porque todos los recursos que el Estado invirtió en mí se botaron al traste, solamente por pasiones, nada más que por pasiones. (I)

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Enviaba a mis soldados a la guerra, y les hablaba del sacrificio de cumplir el deber, el honor. Y de pronto, a mí no me califican con esas virtudes. Yo no podía aceptarlo”. Luis Hernández, vocal del CPC.